domingo, 24 de enero de 2010

Boltzmann

El epitafio de Ludwig Boltzmann es una ecuación. Nadie sabe por qué se colgó. Descubrió que el desorden se puede cuantificar. Dijo que el valor de la entropía en un sistema aislado es logarítmicamente proporcional a los posibles estados termodinámicos de ese sistema. También dijo que en el cero absoluto sólo es posible tener un estado, así que la entropía es de cero (cualquier logaritmo de uno es cero, lo que concuerda con la tercera ley de la termodinámica: "la entropía de todos los sólidos en el cero absoluto es de cero").

Se suicidó al darse cuenta de la certidumbre del caos.

El busto frente a su tumba parece una ruina que presagia la tragedia.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Gran verdad la de Boltzmann. Y como dice Carlos, la otra gran verdad es que la entropía aumenta, aumenta, aumenta, y nosotros decaemos. Entonces, ¿alimentamos a ése monstruo llamado entropía cuando morimos?. Y detrás, Dirac enseña la otra gran verdad de la energía.

Lástima que ahora todo se resume a facebook, ja ja ja.

Carlos Gerardo dijo...

Sin pajas, imaginate hacer un análisis de masa y energía antes y después de morir. Pues, tendría que ser lo mismo. Todas nuestras acciones serían termodinámicamente reales, a entropía creciente, menos la muerte. Qué grueso, ja. Esa onda de Dirac... no la entendí, y eso que me esforcé, por eso te contesto hasta ahora, pero se mira gruesa. Predice la existencia de antipartículas con un modelo cinético para partículas subatómicas. Ojalá y algún día me des una explicación para niños de esa onda. Órales.