miércoles, 23 de mayo de 2012

Crónicas para sentimentales - Jacinta Escudos.


Escribir algo sobre Crónicas para sentimentales de Jacinta Escudos. Comenzar con algo irrelevante, como decir que lo compré junto con Crónicas marcianas, de Ray Bradbury. Terminé primero el de Bradbury. Definitivamente, me gusta más la portada del libro de Escudos. Dentro del libro hay relatos. Crónicas. Acontecimientos personales de hombres o mujeres. ¿Por qué no hablar mejor de Bradbury? No lo sé, no estoy seguro, pero tal vez porque todo mundo conoce a Bradbury y todos han leído Fahrenheit, en lenguaje figurado. Tal vez porque no sea nadie para hablar de Bradbury. Tampoco soy alguien para hablar de Jacinta Escudos, pero me parece más fácil hablar de ella. Más cómodo. La conocen menos personas, así, si me equivoco, menos gente se dará cuenta.

En ambos libros coincide en el título la palabra crónicas. Hermosa palabra que se refiere al tiempo. Al dios Cronos, que devoró a sus hijos. A la decadencia paulatina de las cosas. Bradbury la utiliza en el título porque se refiere a un evento importante en la historia dentro de la ficción. La colonización de Marte (que es nieto de Cronos, vaya coincidencia). Y a los documentos que registran esos eventos se les suele llamar crónicas.
En el libro de Jacinta Escudos, la palabra crónicas tiene otra connotación, una más íntima. Está relacionado con la historia personal de personajes. Hombres y mujeres… sentimentales. Comparten la soledad, la tristeza, la tendencia de quedarse callados en medio de una conversación, como los sentimentales; y el miedo a que el dios Cronos termine de devorarlos por completo. Sobre todo eso. La resistencia secreta a envejecer. El miedo a perder algo que no saben que poseen. Cuya pertenencia radica precisamente en no comprender bien de qué se trata. Son personas comunes y corrientes, pero especiales dentro de su normalidad. Son personas que seguramente pueden llorar por una mala mirada, por el sentimiento de culpa. Son, en resumen, sensibles. Sentimentales.

Tal vez, en el fondo, por eso Jacinta Escudos escribió Crónicas para sentimentales. Tal vez también fue por eso que Bradbury escribió Crónicas marcianas y Fahrenheit 451. Tal vez, muy en el fondo, por eso es que todos escribimos. Porque tenemos miedo a que el tiempo pase, y se acabe y no hagamos nada.

Imagen: Crónicas para sentimentales y Crónicas marcianas. Al fondo: Saturno devorando a uno de sus hijos, de Goya.