domingo, 31 de enero de 2010

Cualquier árbol nace y cualquier hombre cae sobre la arquitectura sorda de Urbina.

Tal vez antes de morir pensó en la poesía y en los poetas y quiso escribir el último poema estúpido y no pudo.

La vida de los poetas es un chiste de humor negro, pensó,

una broma negra que ríe desde la ventana del silencio de la entrepierna de los días lentos e inútiles.

Y leyó el anuncio de “Triple saldo” en una valla frente a su fin:

el retrato de la belleza de una ciudad no son sus calles, ni sus edificios antiguos,

ni sus monumentos ni sus parques ni sus jardines,

sino la estructura que las vallas publicitarias forman

sobre una avenida ancha mientras alguien mira, extasiado, los ojos de la muerte.


viernes, 29 de enero de 2010

Recomendación: André Gorz

Excelente el ensayo de André Gorz: La ideología social del automóvil. Se escribió en 1973 y Letras Libres lo publicó el año pasado.

Las ciudades, las casas, los pueblos se construyen en función del automóvil y el desarrollo económico, social, cultural, gira en torno a ese objeto. Un objeto de lujo que no pierde vigencia a pesar de que cada vez es más consumido por la masa y a pesar de que pierde con ello el valor agregado sobre el que fue concebido.

domingo, 24 de enero de 2010

Boltzmann

El epitafio de Ludwig Boltzmann es una ecuación. Nadie sabe por qué se colgó. Descubrió que el desorden se puede cuantificar. Dijo que el valor de la entropía en un sistema aislado es logarítmicamente proporcional a los posibles estados termodinámicos de ese sistema. También dijo que en el cero absoluto sólo es posible tener un estado, así que la entropía es de cero (cualquier logaritmo de uno es cero, lo que concuerda con la tercera ley de la termodinámica: "la entropía de todos los sólidos en el cero absoluto es de cero").

Se suicidó al darse cuenta de la certidumbre del caos.

El busto frente a su tumba parece una ruina que presagia la tragedia.

viernes, 15 de enero de 2010

Poema

“dad un arte nuevo –

un arte

que saque a la república del fango”.

Vladimir Mayakovski

Mauro nos hablaba de Nietzche y de Marx.

Nosotros llegábamos a la editorial adivinando algo

y éramos tontos.

Él era entonces un poeta.

Cuando lo vi me sorprendí como un niño se sorprende

con la risa de un viejo.

Por eso reía de nosotros.

Fallecen los poetas, dijo, viendo angustiado hacia la calle.

El sol quemaba el asfalto.

Entonces, del librero, tomó un libro:

Poemas de la zona reina de Mario Payeras un gran poeta,

dijo

bajando la mirada

como un hijo frente a su padre o

como un sacerdote pedófilo ante la furia de dios.

Ese día escuché el sonido de la vida cuando cae de un sitio alto

y se quiebra.

El volcán furioso hecho con los días inútiles de mi juventud.

Y un sol nuevo bañaba nuestras frentes pobres.

Si hubiéramos sido otros, hubiéramos llorado toda esa tarde

en algún bar. Lloramos en nuestras casas

con nuestras madres. Y el Sol caía como un ángel estéril

sobre la ciudad triste.

jueves, 7 de enero de 2010

Avatar

Anoche fui a ver Avatar y salí de la sala con ganas de ser azul, tener cola, usar taparrabo y habitar en una selva exótica con destellos neón. Una mezcla del Amazonas con Las Vegas. La historia es simple y la película es técnicamente impecable. El valle improbable languidece, convence. Siempre he admirado la imaginación de los directores para concebir las locaciones de la ciencia ficción. Además, mi cultura cinematográfica es pobre y me compran fácil filmes como éstos, en los están incluidos los requisitos esenciales holywoodenses: sexo, amor, golpes, villano insensible, dinero, etcétera.

La guerra es un tema farandulero por excelencia. La industria cinematográfica se ha valido muchas veces de él para llenar salas. Todos tenemos una sed de destrucción y violencia: por eso los muñecos con los que jugamos de niños y las películas de acción. Por eso, las críticas que la película ha recibido sobre el contraste de la guerra y la violencia del final y el desarrollo de armonioso de la trama son válidos. Aunque en general me gustó y la recomiendo.

lunes, 4 de enero de 2010

Segundo aniversario de TPA

Te prometo anarquía, la revista-blog que impulsa Rafael Romero, acaba de cumplir dos años. En ocasión de este aniversario se preparó la segunda edición de Amalgamas errantes: una selección del trabajo de los diseñadores/fotógrafos/pintores/escritores que el proyecto ha agrupado desde su fundación.

Enhorabuena para Rafa y para los colaboradores del proyecto. Esperemos que continúe su "procesión poética desde las fauces de un país en llamas".


Hubo varios reconocimientos: Gerardo Guinea Díez, poeta y editor, ganó el Premio Nacional de Literatura; Byron Quiñónez ganó el premio de novela corta Luis de Lión y Arnoldo Gálvez el premio Centroamericano de Novela Mario Monteforte Toledo. Arnoldo es un escritor que en apariencia tiene mucho que ofrecer al panorama literario nacional. Halfon ganó premios a nivel internacional, aunque ahora no recuerdo cuáles, y publicó.
Además, fue el año del auge de la traducción al castellano de El arte del asesinato político, de Francisco Goldman, y de El material humano, de Rodrigo Rey Rosa. Esta última elegida como la mejor novela de ficción de 2009 por un periódico español. La de Goldman importó a nuestro ambiente literario la literatura de no-ficción de Capote, que es como la crónica periodística novelada. Me gustó el libro, pero personalmente pienso que la literatura debería de ser ficción para enriquecerse, y no usaría el término “novela” para referirme al texto (por eso no creo que existan cuestiones como la testinovela y esas cosas, raro que es uno). Personalmente, culminé un año de trabajo en elPeriódico y el próximo viernes es mi último día de trabajo en el medio. Si no estoy mal, sólo Halfon y Rey Rosa son los guatemaltecos que publican en Anagrama; Goldman es mitad guatemalteco.
Leí poco el año que pasó. Afortunadamente, cada año leo menos, así que estoy seguro de que no será el peor.
Recordaré 2009 por ser el año que murió mi May, no por nada más. Un día después de que derrocaran a Zelaya, una parte de mi vida se hundió. Lo recordaré, aunque en menor medida, por ser el año en el que terminé la ingeniería química, una carrera que estudié casi por azar.
Como sea, veo el año que se aproxima con mucho escepticismo. Tal vez más que con el que vi el año recién pasado. Hacer una lista con propósitos es engañarse. Nunca los cumplo. De los del año pasado no cumplí ni siquiera el de comer más pescado. En fin, es mejor no esperar mucho de la vida, ¿no creen?

Imagen: En busca de la esperanza, de Iván Darío Hernández

Por otra parte, muchas gracias a las personas que visitaron el blog durante 2009.