Los relatos reunidos en Último
viernes de Elena Salamanca están construidos sobre un hecho real. Un momento
con una terrible carga de realidad dentro un contexto que parece más bien
surrealista. El resultado es la misma distorsión a la que apostaban los
pintores expresionistas. Los tres primeros relatos, agrupados en la sección ‘Última época’ son eso:
cuadros surrealistas que intensifican un detalle. El fragmento de una realidad visto con lupa. Un acontecimiento crucial, capaz
de cambiar una vida.
Los tres primeros relatos son también los mejor logrados
técnicamente. Las digresiones narrativas y de puntos de vista agilizan el
desarrollo de los acontecimientos. Hacen que los hechos sean conocidos dentro
de un plano cerebral oscuro, intuitivo. En ellos, la distancia es crucial. La
distancia que establecen los personajes respecto al mundo como un hecho
trivial. Ajeno a sus conciencias.
El relato que titula el libro narra la situación de una
mujer que vive en una pobreza extrema. Tan extrema que ha perdido su capacidad reproducirse.
Es estéril, como la tierra del pueblo en el que vive. Su esposo la ha
abandonado por emigrar hacia la capital. Uno logra observar a la muerte, tanto
de la narradora como de la tierra sobre la que vende refrescos, mientras la
visita un hombre en un carro negro y enorme que llega a presenciar la procesión
del Santo Entierro. Ese ritual que celebra la muerte siempre los últimos
viernes del mundo.
El segundo relato, Certezas
de él, presenta a una mujer que peregrina por la insistencia de su pareja de un médico a otro. Tras una interminable serie de exámenes clínicos que no logran concluir nada, ella insistía en lo que tenía era un hombre. Una enfermedad que sólo fue capaz de curar ella misma en el plano idealizado del relato.
Es agradable encontrar un buen libro de relatos por mero azar. Más si se trata de un libro de relatos como Último viernes: escrito con toda la fuerza y la energía de una juventud inconforme. Un libro escrito con esfuerzo y tiempo.
Salamanca, Elena (2008). Último viernes. Concultura, San Salvador.
1 comentario:
Gracias por compartirlo. Muy bueno.
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