lunes, 16 de marzo de 2009

De "Amberes" de Roberto Bolaño




"El silencio ronda en los patios sin dejar papeles escritos, aquello que después llamaremos obra. El silencio lee cartas sentado en un balcón. Pájaros como ronquera, como mujer de voz grave. Ya no pido toda la solead del amor ni la paz del amor ni los espejos. El silencio esplende en los pasillos vacíos, en las radios que ya nadie escucha. El silencio es el amor así como tu voz ronca es un pájaro. Y no existe obra que justifique la lentitud de movimientos y los obstáculos".

La anterior cita fue tomada del libro Amberes, de Roberto Bolaño (Anagrama, 2002), al igual que la que va a continuación:

"Hay una enfermedad secreta llamada Lisa. Es indigna como toda enfermedad y aparece de noche. En el tejido de un lenguaje misterioso cuyas palabras significan sin excepción que el extranjero "no está bien". Y yo quisiera que ella supiera por algún medio que el extranjero "lo pasa mal", "en tierras desconocidas", "sin grandes posibilidades de escribir poesía épica" "sin grandes posibilidades de nada". La enfermedad me lleva a baños extraños e inmóviles donde el agua funciona con una mecánica imprevista. Baños, sueños, cabellos largos que salen de la ventana hasta el mar. La enfermedad es una estela. (El autor aparece sin camisa, con gafas negras, posando con un perro y una mochila en el verano de algún lugar.) "El verano de algún lugar", frases carentes de tranquilidad aunque la imagen que refractan permanezca quieta, como un ataúd delante de una cámar fija. El escritor es un tipo sucio, con las mangas de la camisa arremangadas y el pelo corto mojado en transpiración acarreando tambores de basura. También es un camarero que se observa filmando mientras camina por una playa desierta, de regreso al hotel... "El viento arrastra granos de arena"... "Sin grandes posibilidades"... La enfermedad es estar sentado bajo el faro mirando hacia ninguna parte. El faro es negro, el mar es negro, la chaqueta del escritor también es negra".

(Roberto Bolaño)

Uno de esos libros que te hace pensar en que sería sano dejar de escribir. No hay personajes, o existen como imágenes inconscientes. Como breves pálpitos que encaminan, que tocan de forma oblicua una historia que existe sólo en su cerebro. Por lo demás, sólo la angustia tiene sentido. Alguien mira perplejo una película sin trama. La película es fascinante y descubre que sólo la angustia, y el miedo, y la nostalgia tienen sentido.

1 comentario:

José Roberto Leonardo dijo...

gracias vos, por compartir con todos esta maravilla, seré seguidor de este autor