miércoles, 4 de junio de 2008

oficios

Nunca se lee todo lo que se quiere leer: pereza, (importantísima) estudio, compromisos en los que se decide dar una imagen de persona responsable, billar, cinética de reacciones enzimáticas, amigos, tragos, vida. (Esto lo digo yo que no tengo todavía todas las responsabilidades que tienen los jefes de familia, las madres, los que pagan impuestos, etc.)

Nunca se vive todo lo que se quiere vivir: pereza, (de nuevo) estudio, literatura, compromisos descritos con anterioridad.

Nunca se escribe como se quiere escribir. Sin embargo, uno nunca piensa dedicarse a otra cosa. (No sé donde he escuchado esto antes) Es algo que ni siquiera pasa por la cabeza. En muchas ocasiones es necesario buscar vida dentro de ocupaciones diversas: corrección de estilo, venta de libros de inglés, venta de comida a domicilio, enderezado y pintura, ingeniería. A pesar de ello nunca uno puede dejar la literatura luego de haberse acercado a ella. (Rimbaud reclama, pero en el fondo un demonio minúsculo le atolondra la conciencia)

Vivimos haciéndola de Sísifo por una cantidad de años considerable. Atados a un verdugo atractivo y placentero que ha adquirido con soberanía el título de propietario del resto de la vida. De lo que solía ser nuestra vida.

1 comentario:

Unknown dijo...

a veces no se vive de esto, pero sí se puede vivir para esto... lo otro es bisutería, distracciones, medios... pero lo que se siente, lo que se es, eso es lo que se defiende siempre...

abhp