viernes, 8 de abril de 2011

Texto 2

Bien, aquí de nuevo. Computador encendido. Mente dispersa. Mil cosas que escribir por obligación. Nada respetable. Atención a las ventanas de facebook, messenger, un cerebro en llamas, sin algo que valga la pena. Las energías están agotadas. Ocho horas son suficientes para matar cualquier cosa creativa. Cualquier feto de idea de veintitrés años. La juventud pasa rápido. Nueve horas. Diez horas. Once horas y media de trabajar en nada. Qué pienso: pienso lo que hace ahora gente conocida. Pienso que debo escribir un ensayo sobre una obra de teatro que únicamente leí. Pienso en que hoy la biblioteca no resulta tan atractiva. Pienso que varias veces ha sucedido lo mismo, por el trabajo y la televisión. Pienso que el cerebro se embrutece, con distracciones cada vez más vergonzosas. Pienso en que lo que más vale la pena en la vida es aquello que la destruye. Pienso en Thomas Mann, no sé por qué. Pienso que, a veces, camino con Hans Castorp hacia el hospital de tuberculosos para ver pasar la vida, inconsciente del tiempo. Del futuro. De lo que se desperdicia sin literatura. De lo que se desperdicia con literatura. Si dejara de pensar sería más fácil. Cioran no atormentaría como una máscara infernal por la ventana, advirtiendo que toda vida es inútil y malvada. También saldría con más chicas, y me dormiría más rápido en las noches. Pero no, el cerebro está en llamas, viendo como se apaga el fuego. Caminando hacia un hospital de tuberculosos de principios de siglo. Resignado camina hacia un patíbulo hecho con madera. Cuatro paredes. Una laptop. Cigarrillos. Una tumba. Una hoja vacía.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

es extraño leer algo en estos días y encontrar "laptop" en lugar de cigarrillos, pensar que pensás es un distractor que te enfoca, precisamente, en no hacerlo, y lo hacés como un omnipotente disperfecto y continua inercia, que se desconoce como tales experimentos estúpidos, ensombrecedores de los implementos de la lectura sin sentido, porque pensás, luego lo dejás y así terminás, sin nada más que tu laptop y algo perdido... sin más.

Carlos Gerardo dijo...

Gracias por tu visita. Lo hice sólo como ejercicio. "Escribir sobre la sequía de un escritor / es mejor que no escribir nada" (algo así) Bukowski.

Saludos.