lunes, 26 de julio de 2010

Entre Marx y una mujer desnuda

Jorge Enrique Adoum, 1976

"El protagonista de la novela es la propia novela"
Lévi-Strauss, citado por Adoum en este libro.

La reflexión más recurrente es la derrota. Tal vez una historia, aunque es más la novela. La persuasión del tiempo que los personajes sienten atravesar. Una obra experimental, construida o destruida con fragmentos de libros y vidas. Construida con la angustia de un escritor desesperado y con la lucidez de su fracaso. Una novela construida desde el silencio de un narrador y la pluralidad de sus voces. Un “texto con personajes” hecho con los retazos de un ideal y la traición de una generación.

Se identifican, por demás, las historias del narrador y Rosana; de Márgara María y Gálvez, intervenidas y percibidas en un torbellino atropellado de variaciones temporales, voces, técnicas. Entre Marx y una mujer desnuda es la disyuntiva entre la pasión que se entrega plena en el acto sexual y los ideales de una generación, traicionados, denunciados como las tonterías, como juegos infantiles que se advierten inútiles. La traición de una generación a sí misma. La inesperada dignidad que cobra “El Cretino” neoliberal de la derecha. La cobardía de los héroes destartalados de la izquierda que no logran salir de una telaraña hecha con libros.

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