jueves, 19 de agosto de 2010

Como una serpiente


Llegamos al amanecer a aquel pueblo deshabitado.

El lugar mordía sus calles. Sus caminos

manaban gotas de sangre triste y espesa.

No había hombres ni dioses. Sólo el fuego

extinto con el que todo había muerto.

Estábamos en la mitad de nuestras vidas y supimos

que entonces no era el momento para desnudarnos

y coger bajo el cielo débil. Los fantasmas

hubieran muerto de miedo

de verla llorar mientras hacía el amor.

Ahora no hay fantasmas, sino réplicas de un rostro

a través de aguas confusas

y el pasado amenaza con llegar, como una serpiente.

Hicimos de aquel lugar nuestra casa

habitamos las ruinas

el dolor de las paredes desplomándose

sobre el suelo sin hombres.

A veces el pasado arrastra palabras ajenas

de quienes no fuimos.

Imagen: Sandy Skoglund, SQUIRRELS AT THE DRIVE-IN

2 comentarios:

Narcy dijo...

Carlos, excelente escrito, te inspiraste, me encantó.

Carlos Gerardo dijo...

Narcy, muchas gracias por tu visita. Y por tu comentario. Un abrazo.