tag:blogger.com,1999:blog-15310550633190375612024-03-05T00:03:02.027-06:00pájaros descompuestosUnknownnoreply@blogger.comBlogger85125tag:blogger.com,1999:blog-1531055063319037561.post-2631942993288740962023-01-14T22:22:00.005-06:002023-01-14T22:22:42.225-06:00Una trinchera de sal para la memoria que se va<p><b>[<span style="font-family: "Calibri Light", sans-serif; font-size: 11pt;">Prólogo al libro</span><span style="font-family: "Calibri Light", sans-serif; font-size: 11pt;"> </span><i style="font-family: "Calibri Light", sans-serif; font-size: 11pt;">Reminiscencias</i><span style="font-family: "Calibri Light", sans-serif; font-size: 11pt;"> </span><span style="font-family: "Calibri Light", sans-serif; font-size: 11pt;">de Carmen Tocay]</span></b></p><p class="MsoNormal" style="font-family: Calibri, sans-serif; font-size: 11pt; line-height: 22px; margin: 0cm 0cm 10pt;"><span style="font-family: "Calibri Light", sans-serif;">Carlos Gerardo</span></p><p class="MsoNormal" style="font-family: Calibri, sans-serif; font-size: 11pt; line-height: 22px; margin: 0cm 0cm 10pt;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhmdl3DEZ3ajKkUhIv23AKkbwZ4q1_eDxiDjqe6gefJA8ULEOJX-lkqtbdAvT2l7D1iUtVdIrvVShp2IsSIL0K3T9YyVs-SPc3QYv1hHM4xFAtB5izZaThLinnxJpCK4YjljN8PtXjLqneyEVYec4hYE5xyAFbb0cW9IdnOaol8lnT49Hs321Cr6ihZ/s500/Reminiscencias.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="500" data-original-width="400" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhmdl3DEZ3ajKkUhIv23AKkbwZ4q1_eDxiDjqe6gefJA8ULEOJX-lkqtbdAvT2l7D1iUtVdIrvVShp2IsSIL0K3T9YyVs-SPc3QYv1hHM4xFAtB5izZaThLinnxJpCK4YjljN8PtXjLqneyEVYec4hYE5xyAFbb0cW9IdnOaol8lnT49Hs321Cr6ihZ/s320/Reminiscencias.jpg" width="256" /></a></div><p></p><p class="MsoNormal" style="font-family: Calibri, sans-serif; font-size: 11pt; line-height: 22px; margin: 0cm 0cm 10pt;"><span style="font-family: "Calibri Light", sans-serif;">Raras veces nos preguntamos de quién es la memoria. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="font-family: Calibri, sans-serif; font-size: 11pt; line-height: 22px; margin: 0cm 0cm 10pt;"><i><span style="font-family: "Calibri Light", sans-serif;">Reminiscencias</span></i><span style="font-family: "Calibri Light", sans-serif;">,<i> </i>de<i> </i>Carmen Tocay, es un libro escrito desde la angustia de una memoria que se deteriora. El relato se revela como una trinchera: primera línea de defensa contra el olvido. “El tiempo me disipa”, afirma la narradora con un tono ambivalente entre la tranquilidad y la resignación. La memoria como una realidad vulnerable revive aquella vieja paradoja platónica sobre la escritura: ¿es el veneno o el remedio de la memoria? <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="font-family: Calibri, sans-serif; font-size: 11pt; line-height: 22px; margin: 0cm 0cm 10pt;"><span style="font-family: "Calibri Light", sans-serif;">El libro está organizado en cuatro partes: <i>Recuerdos del olvido, Otras vidas</i>, <i>Confinamiento </i>y <i>Desamores</i>. De las cuatro, son las primeras dos en las que la autora mejor consigue el efecto de inquietud epifánica de los microrrelatos. El estilo hace una mezcla entre los recursos este género, pero también incluye recursos emparentados con la máxima, el aforismo y el palimpsesto. En ocasiones, cierra con líneas no del todo conclusivas que provocan una sensación de inquietud, que está a penas por salir del corral farragoso de la incertidumbre. El lector o la lectora, entonces, descubre la posibilidad de quedarse encerrado para siempre, cercado ante la amenaza de la incomprensión a menos que descubra la astucia de una alegoría. Otros, por su parte, nos acercan a una realidad profundamente dolorosa en la que es la propia memoria deteriorada la que no es comprendida. Estos textos calan profundamente en tanto que encienden una alerta próxima: el común destino de la memoria y la imaginación es ser olvidados. Y no hay una organización para el olvido. No somos nosotros los dueños de la decisión sobre lo que olvidamos. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="font-family: Calibri, sans-serif; font-size: 11pt; line-height: 22px; margin: 0cm 0cm 10pt;"><span style="font-family: "Calibri Light", sans-serif;">Muchos de los microrrelatos de <i>Recuerdos del olvido </i>logran retratar, de una manera demasiado precisa, la angustia de una memoria que se desmorona poco a poco, día con día, año con año. Tal es el caso del cuento <i>Autorretrato del olvido</i>. En este sentido, el título del libro representa un acierto deslumbrante: reminiscencia como el acto que parte de una huella, que requiere de un tiempo para desarmar el tiempo y encontrar el pasado como un milagro. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="font-family: Calibri, sans-serif; font-size: 11pt; line-height: 22px; margin: 0cm 0cm 10pt;"><span style="font-family: "Calibri Light", sans-serif;">Los cuentos de la sección titulada <i>Otras vidas </i>juegan con la posibilidad de la memoria después de la muerte para artistas de otras épocas: Ludwig van Beethoven, Edgar Allan Poe, Vincent van Gogh… y a propósito de la mención de Beethoven, hay que decir algo de la intensidad sonora de los microrrelatos del libro, pues en muchos, la música que acompaña la narración se vuelve un elemento determinante del sentido de los textos. Una restricción propia del género es que no admite palabras sobrantes; de ahí que la mención de determinados tonos o compositores aluda específicamente a estados de ánimo u acontecimientos relevantes incluso para dar sentido a la obra. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="font-family: Calibri, sans-serif; font-size: 11pt; line-height: 22px; margin: 0cm 0cm 10pt;"><span style="font-family: "Calibri Light", sans-serif;">La sección titulada <i>Confinamiento </i>obedece, según sospecho, a la necesidad de la autora de dar cuenta de un momento presente. Un contexto en el que la memoria es el encierro, pero también la puerta de escape a otras historias y otras vidas. La sección titulada <i>Desamores </i>nos transporta a un universo en el que la memoria se convierte en la materia primigenia de los procesos de duelo y desamor. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="font-family: Calibri, sans-serif; font-size: 11pt; line-height: 22px; margin: 0cm 0cm 10pt;"><span style="font-family: "Calibri Light", sans-serif;">El libro de Carmen Tocay es una exploración muy entusiasta por el género del microrrelato que nos enfrenta ante el destino común de la memoria y la imaginación: un destino solo equiparable con la muerte, con la huella que se ha borrado y que por tanto, deja de ser huella. Muchos de sus textos nos recuerdan que la memoria también puede ser una cárcel de barrotes difusos; y no sabemos si los barrotes son olvido o son recuerdo. La autora se nos presenta con una confianza ya ganada –una confianza que solo puede proceder del auténtico amor por la literatura–, y con una primera obra para que el lector o la lectora descubran el interés por su promesa. Porque toda primera obra es un compromiso en el que se juega uno la vida. En algún momento, Agustín hizo referencia a los “palacios de la memoria”; hoy que tengo el honor de prologar esta obra, solo espero que disfruten de estos viajes hacia esos palacios, en visitas breves. Memorias que, en su brevedad, nos dejan la sensación de disgregarse en el aire, como estrellas fugaces. <o:p></o:p></span></p>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1531055063319037561.post-71536557887915050452023-01-07T15:05:00.004-06:002023-01-07T15:07:26.296-06:00Escribir como la espuma: Combustión espontánea de Javier Flores <p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgQGSfDkGV2tS2PkVHMEir2PGVU_L9wBbjEISy7e1CA59H4DijIbUL0uwFFrXmH-w-DVBvaY3Lv7YUbbndQLIrqVvyxJsfYKx_qmG2q406QM8ngOkE0sAjRHJVYvjkWoG0b73sx29lZ7ibhF8SaXYM2Ps9Km75KSKvxaD5ksbcqNC5gYcJnoLBbaqM3/s220/Unknown.jpeg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="220" data-original-width="140" height="220" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgQGSfDkGV2tS2PkVHMEir2PGVU_L9wBbjEISy7e1CA59H4DijIbUL0uwFFrXmH-w-DVBvaY3Lv7YUbbndQLIrqVvyxJsfYKx_qmG2q406QM8ngOkE0sAjRHJVYvjkWoG0b73sx29lZ7ibhF8SaXYM2Ps9Km75KSKvxaD5ksbcqNC5gYcJnoLBbaqM3/s1600/Unknown.jpeg" width="140" /></a></div><br /><b style="color: #2e74b5; font-family: Calibri, sans-serif; font-size: 11pt;"><span face=""Calibri Light", sans-serif">[Prólogo al poemario publicado por Sión en 2022]</span></b><p></p><p class="MsoNormal" style="font-family: Calibri, sans-serif; font-size: 11pt; line-height: 22px; margin: 0cm 0cm 10pt;"><span face=""Calibri Light", sans-serif">¿Cuándo ocurre el poema? <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="font-family: Calibri, sans-serif; font-size: 11pt; line-height: 22px; margin: 0cm 0cm 10pt;"><span face=""Calibri Light", sans-serif">A lo mejor en el momento en que se activa la imaginación de quien lo escribe. También es posible que ocurra en el momento en que alguien lo lee. Quizás ocurra en el secreto que olvidamos del sueño, y luchamos por recordar hasta que el poema nos lo revela. A lo mejor –nos sugiere Javier– el poema ocurra en la danza de la espuma en las playas, ahí donde está ocurriendo siempre. Quien escribe hace suya la labor de la arena, y deja que el más leve gesto, el más minúsculo movimiento del mundo, escriba sobre ella. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="font-family: Calibri, sans-serif; font-size: 11pt; line-height: 22px; margin: 0cm 0cm 10pt;"><span face=""Calibri Light", sans-serif">Los poemas de <i>Combustión espontánea </i>se presentan con una voz que surge de la mesura. Desde la paciencia lúcida de quien «está escuchando siempre», con el oído atento al lenguaje. La primera parte del libro, <i>Tempestades</i>, nos encuentra con un conjunto de poemas sobre la escritura misma, sobre la actitud del poeta frente al lenguaje. Es una aproximación a este inexplicable proceso que hace que un gesto se convierta en poema. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="font-family: Calibri, sans-serif; font-size: 11pt; line-height: 22px; margin: 0cm 0cm 10pt;"><span face=""Calibri Light", sans-serif">Muchos textos dan noticia de la desesperanza ante la incertidumbre. Los poemas de la segunda parte del libro, <i>Un cielo en llamas</i>, nos confrontan ante la aridez del panorama que enfrenta la poesía en el presente. Se lee con tristeza sobre la falta de posibilidades, la agonía de los sueños. En ese sentido, contrasta el tono siempre tranquilo de la enunciación con las características de los tiempos que los poemas describen. El poema se sostiene con dignidad en la inmediatez, la violencia y el tablayeso de los cubículos del <i>call center</i>. No cede. Encuentra su fortaleza en la quietud y la sobriedad. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="font-family: Calibri, sans-serif; font-size: 11pt; line-height: 22px; margin: 0cm 0cm 10pt;"><span face=""Calibri Light", sans-serif">La tercera parte del poemario, <i>Parpadeos frente al abismo</i>, reúne un conjunto de poemas que dan noticia de un proceso de maduración. El desdén y la dignidad con que el joven poeta se separa de las ceremonias de la juventud, y se abre a la vida en los pequeños gozos de la madurez. Muchos de estos poemas están escritos desde la intimidad. Muchos hablan de amor. Un amor que es capaz de salvar al mundo, desde la perspectiva planteada por el poeta que es capaz de verlo a los ojos y nombrarlo con honestidad y corazón. La última parte del libro de alguna manera retoma muchos de los temas anteriores, desde una reflexión sobre la identidad y la nostalgia por un pasado adolescente que va perdiéndose. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="font-family: Calibri, sans-serif; font-size: 11pt; line-height: 22px; margin: 0cm 0cm 10pt;"><span face=""Calibri Light", sans-serif"> </span></p><p class="MsoNormal" style="font-family: Calibri, sans-serif; font-size: 11pt; line-height: 22px; margin: 0cm 0cm 10pt;"><span face=""Calibri Light", sans-serif">«Escribir es un oficio de personas solitarias/que observan a otras personas solitarias», nos dice en uno de sus poemas. Y me pregunto si no será la soledad uno de los símbolos más angustiantes de nuestro tiempo. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="font-family: Calibri, sans-serif; font-size: 11pt; line-height: 22px; margin: 0cm 0cm 10pt;"><span face=""Calibri Light", sans-serif">Como epígrafe, Javier ha colocado un fragmento de <i>El guardador de rebaños</i>, el único libro concluido de Alberto Caeiro, que nos remite a aquella poesía bucólica, que surge de la contemplación sosegada de un cuerpo tendido sobre el campo, mientras el rebaño de ovejas pasta. Esta referencia, me parece, dialoga con uno de los versos del libro: «A veces pienso que nací/con la disposición de cuidar/las palabras». Javier escribe como quien espera que un árbol crezca, como quien lo mira día con día, y se contenta con cada nuevo brote, con cada nueva promesa de verdor. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="font-family: Calibri, sans-serif; font-size: 11pt; line-height: 22px; margin: 0cm 0cm 10pt;"><i><span face=""Calibri Light", sans-serif">Combustión espontánea</span></i><span face=""Calibri Light", sans-serif"> de Javier Flores nos recuerda ese ejercicio de buceo –aunque no hayamos buceado nunca– en lo cotidiano. Hay muchos poemas que están muy cerca del ejercicio de la contemplación y la meditación. También surge de una ruta de lecturas definida. Identifico, por ejemplo, un precedente en la poesía de Vania Vargas, pero también veo un ejercicio de lectura de otros poetas como Gabriel Woltke, Marco Antonio Flores, Otto René Castillo… incluso se observan juegos de intertextualidad con Ida Vitale y Pound, a quienes también cita en los epígrafes. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="font-family: Calibri, sans-serif; font-size: 11pt; line-height: 22px; margin: 0cm 0cm 10pt;"><span face=""Calibri Light", sans-serif">Sobre todo, se trata, me parece, de un primer texto de madurez.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="font-family: Calibri, sans-serif; font-size: 11pt; line-height: 22px; margin: 0cm 0cm 10pt;"><span face=""Calibri Light", sans-serif">Javier es un poeta joven, y agradezco la confianza que ha tenido para que escriba este prólogo porque es una invitación para conversar. Me parece que pertenece a una generación que ha estado a la deriva de muchas cosas: la icertidumbre, la esperanza, los proyectos políticos en la posmodernidad precaria de nuestros países, la tormenta cotidiana de las redes sociales, el vórtice infinito de las opiniones. Por eso, me agrada la acción de nombrarse desde la ternura, ausente como tema en mucha de la poesía que de las últimas décadas en Guatemala. Un gesto de ternura es también un gesto de esperanza en la realidad en que vivimos. Percibo con este libro los indicios de un cambio generacional, con poemas que reconocen la agencia en la vulnerabilidad y en los gestos cotidianos del amor. Además de celebrar su valentía, me parece algo necesario para comenzar a pensarnos personas, antes de pensarnos poetas; y para incinerar los sueños narcisistas con que la modernidad revistió el oficio de la escritura.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="font-family: Calibri, sans-serif; font-size: 11pt; line-height: 22px; margin: 0cm 0cm 10pt;"><span face=""Calibri Light", sans-serif">Junto con Javier, veo un buen grupo de poetas y artistas jóvenes sin miedo a sostener diálogos desde la horizontalidad. No los nombro porque estoy seguro de que no les conozco lo suficiente, pero el hecho de que estén ahí, confiando en la poesía, llena mi corazón de esperanza. Antes que hablar del ideal de ser escritor o poeta, creo que Javier escribe con un profundo sentido de pertenencia a un grupo de personas: desde la honestidad y la comunidad. Escribe desde la convivencia fraterna y desde la complicidad de lo íntimo. Porque solo desde ahí, solo desde esos espacios es posible resistir contra la violenta dictadura del presente y su prisa. Porque también ahí ocurre el poema. Porque también ahí –y sobre todo ahí– está ocurriendo siempre.<o:p></o:p></span></p>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1531055063319037561.post-39484665797287568832023-01-07T15:02:00.003-06:002023-01-08T21:21:13.497-06:00Retomar el blogs<p>Hace once años que dejé de alimentar este blog. Me parece que la decisión coincide temporalmente con el debilitamiento de los blogs como práctica cultural casi generalizada en el campo literario. Era alegre leernos por aquí, estar pendientes, seguirnos, comentarnos, conocernos, ir dejando registros de nuestros gustos, nuestras lecturas. </p><p>Voy a ir publicando en este espacio algunos escritos sobre libros que he comentado, prologado o presentado. Es un gesto mínimo de gratitud, me parece, con las autoras y los autores que han confiado en mi lectura.</p><p>No creo retomar la práctica del blog personal, ahora que han sido desplazados casi en su totalidad por las redes sociales. Sin embargo, es un gesto poético el de habitar la memoria. Así que dejé intactos los ejercicios de infancia o adolescencia poética literaria que datan de un periodo comprendido entre 2008 y 2012. </p>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1531055063319037561.post-65400608820743374252012-06-21T12:19:00.000-06:002012-06-25T20:13:50.899-06:00Mundo animal - El cariño de los tontos<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEimteia62JSB6KYknIX49WIYa9mB8ewdJy3vPW6m_bFqJSz-Wsai6xnnUfoUQqG6v8MuhFdKjA_1vAIjj6DKHal5wiHmKC13ul6cvqYgRgaA2JrLxfboDRw37qgtyxZwlHPsLaVlZER7CA/s1600/ANTONIO+DI+BENEDETTO,+MUNDO+ANIMAL.EL+CARI%C3%91O+DE+LOS+TONTOS.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEimteia62JSB6KYknIX49WIYa9mB8ewdJy3vPW6m_bFqJSz-Wsai6xnnUfoUQqG6v8MuhFdKjA_1vAIjj6DKHal5wiHmKC13ul6cvqYgRgaA2JrLxfboDRw37qgtyxZwlHPsLaVlZER7CA/s320/ANTONIO+DI+BENEDETTO,+MUNDO+ANIMAL.EL+CARI%C3%91O+DE+LOS+TONTOS.JPG" width="209" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
La extraña conciencia de la
naturaleza como un ente en cambio permanente. La lucidez de la transformación
del cuerpo en aves, vacas, alimento. La percepción de la materia como un ente
fijo, que sólo sufre transformaciones a través de una misma conciencia. De esto
tratan los textos <i>Mundo animal. </i>Un
libro de relatos fantásticos reeditado por la editorial Adriana Hidalgo en un
volumen junto con la novela corta <i>El
cariño de los tontos.<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
La historia es famosa, pero fragmentada
y no sé si miento: Bolaño había ganado el tercer lugar en un certamen de relato
y Di Benedetto el primero. La experiencia le sirvió a Bolaño para darse cuenta
de la nulidad del futuro económico que ofrecía el quehacer literario. Luego,
mantuvieron una relación postal de donde salió <i>Sensisni, </i>el primer relato que compone el libro <i>Llamadas telefónicas</i>. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Di Benedetto nació en 1922. Una
década prodigiosa y decisiva para el desarrollo de la narrativa argentina.
Década en la que se publicaron, en 1926, dos textos que marcarían el rumbo con
dos formas diferentes de ver la literatura: <i>El
juguete rabioso</i> de Roberto Arlt y <i>Don
Segundo Sombra</i> de Ricardo Güiraldes. Bolaño decía que había tres líneas vigentes
de la literatura argentina: la de Roberto Arlt, cuyo profeta y fundador de su
iglesia sería Ricardo Piglia; la de Borges, que trascendió hacia la
universalidad; y la de Lamborghini, que define como la literatura de la
crueldad, el espanto, el miedo. Así, la llamada ‘narrativa pampeana’ (término
acuñado por Borges al referirse a <i>Don
Segundo Sombra</i>) de autores como Benito Lynch , Héctor Heandi y Enrique Larreta, que descendía de la
literatura gauchesca y luego del realismo criollista; tendría su cenit y
culminación en Güiraldes.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Durante su adolescencia, Di
Benedetto leería a Borges, como modelo. Y a autores hispanoamericanos que ya gozaban de la calidad de clásicos, como
Horacio Quiroga. Quien haya leído los relatos de Kafka no podrá negar que
existe una relación directa entre ellos y los relatos de <i>Mundo animal</i>. Exceptuando el relato <i>Mariposas de Koch</i> cuyo argumento difiere de los otros por su limpieza
y por la ausencia de transformaciones fantásticas e inexplicables. Este relato,
junto con el primer relato incluido en <i>El
cariño de los tontos</i> podrían ser considerados manifestaciones tempranas del
realismo mágico hispanoamericano.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i>Mundo animal</i> es, por otra parte, el primer libro publicado por Di
Benedetto. El inicio de su carrera coincide con el inicio de la carrera de
Julio Cortázar, que publicó <i>Bestiario</i>,
su primer libro de relatos, en 1951. Ser un escritor de relatos en la época de
Cortázar, con la universalidad de Europa como un centro de concentración
cultural y vivir el proceso de gestación del boom debió haber sido difícil para
cualquier escritor. Sin embargo, Cortázar representa otra línea narrativa y
cualquier tipo de comparación, además de estar contaminada por la enorme
estridencia que tuvo el boom, no es válida. Así, Di Benedetto es heredero de la
línea borgiana y kafkiana.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Los quince relatos agrupados en <i>Mundo animal</i> podrían considerarse fantásticos.
La conciencia narradora es muchas veces confusa, que construye un argumento
sobre hechos inexplicables. La definición estructural que se hace de lo fantástico
es la duda de si sucedió o no sucedió, duda que existe en el narrador
transmitida al lector, a través de hechos que no tienen una explicación lógica.
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Así, a pesar de no ser tan
conocido en el resto de Hispanoamérica, Di Benedetto es un enorme cuentista y
enorme escritor. La editorial <a href="http://www.adrianahidalgo.com/web/libro/53/">Adriana Hidalgo</a> se ha dado al rescate de su obra
y con esta labor, podemos encontrar una pieza que no conocíamos tanto de la
literatura hispanoamericana. Quién es uno para decir si es una pieza clave, o
fundamental, o todo eso que dicen. Lo que es cierto es que su lectura la
disfrutan quienes gusten de leer relatos. </div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1531055063319037561.post-82832436286157493392012-05-23T21:55:00.000-06:002012-05-25T11:16:01.597-06:00Crónicas para sentimentales - Jacinta Escudos.<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjkaNV1cN-720kkGkF9v2t_ul5nlVwdSpsk_B1ljH01qsuNjI7PD-A30EV0k0Zlhr-RN_fzgfxdCkW13fHDcz8rqo44WWRifBpsYwd50QteRMlKI2TVEqmmw2XL-ANPxja9q9CBSVjKblw/s1600/PICT0226.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><br /><img border="0" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjkaNV1cN-720kkGkF9v2t_ul5nlVwdSpsk_B1ljH01qsuNjI7PD-A30EV0k0Zlhr-RN_fzgfxdCkW13fHDcz8rqo44WWRifBpsYwd50QteRMlKI2TVEqmmw2XL-ANPxja9q9CBSVjKblw/s320/PICT0226.JPG" width="320" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
Escribir algo sobre <i>Crónicas para sentimentales</i> de Jacinta
Escudos. Comenzar con algo irrelevante, como decir que lo compré junto con <i>Crónicas marcianas</i>, de Ray Bradbury. Terminé
primero el de Bradbury. Definitivamente, me gusta más la portada del libro de Escudos.
Dentro del libro hay relatos. Crónicas. Acontecimientos personales de hombres o
mujeres. ¿Por qué no hablar mejor de Bradbury? No lo sé, no estoy seguro, pero
tal vez porque todo mundo conoce a Bradbury y todos han leído Fahrenheit, en
lenguaje figurado. Tal vez porque no sea nadie para hablar de Bradbury. Tampoco
soy alguien para hablar de Jacinta Escudos, pero me parece más fácil hablar de
ella. Más cómodo. La conocen menos personas, así, si me equivoco, menos gente
se dará cuenta. </div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
En ambos libros coincide en el
título la palabra crónicas. Hermosa palabra que se refiere al tiempo. Al dios
Cronos, que devoró a sus hijos. A la decadencia paulatina de las cosas.
Bradbury la utiliza en el título porque se refiere a un evento importante en la
historia dentro de la ficción. La colonización de Marte (que es nieto de
Cronos, vaya coincidencia). Y a los documentos que registran esos eventos se
les suele llamar crónicas. </div>
<div class="MsoNormal">
En el libro de Jacinta Escudos,
la palabra crónicas tiene otra connotación, una más íntima. Está relacionado
con la historia personal de personajes. Hombres y mujeres… sentimentales. Comparten
la soledad, la tristeza, la tendencia de quedarse callados en medio de una
conversación, como los sentimentales; y el miedo a que el dios Cronos termine
de devorarlos por completo. Sobre todo eso. La resistencia secreta a envejecer.
El miedo a perder algo que no saben que poseen. Cuya pertenencia radica
precisamente en no comprender bien de qué se trata. Son personas comunes y
corrientes, pero especiales dentro de su normalidad. Son personas que
seguramente pueden llorar por una mala mirada, por el sentimiento de culpa.
Son, en resumen, sensibles. Sentimentales. </div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<span style="font-family: Calibri, sans-serif; font-size: 11pt; line-height: 115%;">Tal vez, en el fondo, por eso Jacinta Escudos
escribió <i>Crónicas para sentimentales</i>.
Tal vez también fue por eso que Bradbury escribió <i>Crónicas marcianas</i> y <i>Fahrenheit
451. </i>Tal vez, muy en el fondo, por eso es que todos escribimos. Porque
tenemos miedo a que el tiempo pase, y se acabe y no hagamos nada.</span><br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri, sans-serif; font-size: 11pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri, sans-serif; font-size: 11pt; line-height: 115%;">Imagen: <i>Crónicas para sentimentales</i> y <i>Crónicas marcianas</i>. Al fondo: <i>Saturno devorando a uno de sus hijos</i>, de Goya.</span></div>Unknownnoreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-1531055063319037561.post-72528780509222510332012-04-19T12:44:00.000-06:002012-04-19T12:44:41.775-06:00Intro 3 de la música<br />
<div class="MsoNoSpacing">
<i>Esta música suena cuando el hijo recoge sus
ojos del concreto. Del precipicio de concreto en el que camina sobre un puente
angosto. Y su voz suena desde dentro de la carne infértil. Desde dentro del
dibujo dormido de las mariposas tatuadas en sus nalgas. Asomando su aliento, su
respiración en medio del estrépito de un mar que se ahoga. Dentro de la memoria
difusa del humo que sale de su boca luego de coger en el último lugar del mapa.
“Padre, perdóname porque sé lo que hago” y lo sabe cuando alza las manos
pidiendo vida, más vida y redención y en sus manos escribe el rostro de los enamorados
que morirán a su espalda. Se bajaron del automóvil y entraron al hotel Fuga.
Vete, le dice mientras sostiene el cristal roto de la copa en sus manos. Nunca
supo el nombre del silencio con que aparecía en sueños difusos dentro de su
vientre, pero iba con ellos. “No hay que mezclar el sentimentalismo con el sexo”
Maldito Burroughs, piensa. Malditos todos los escritores del mundo. Su hijo muere
antes de conocer la piel del infierno. <o:p></o:p></i></div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1531055063319037561.post-38921308983757553972012-03-29T22:22:00.002-06:002012-03-29T22:23:42.767-06:00Wislawa Szymborska<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhlpO1sheDqt8ZSs1An5j6tVPu8Cm-PvDmpPKcFu5uDS4__baSFQDh3J2yQ1peFIc8NlQ54dH7STv2MJdgH7_CRTrK-9ZQ7SF6fi3wiZmzVqrFhOOnzcDz1R_RcjGw4Ro9iCZ67lD-G2zo/s1600/Wislawa-Szymborska-007.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="192" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhlpO1sheDqt8ZSs1An5j6tVPu8Cm-PvDmpPKcFu5uDS4__baSFQDh3J2yQ1peFIc8NlQ54dH7STv2MJdgH7_CRTrK-9ZQ7SF6fi3wiZmzVqrFhOOnzcDz1R_RcjGw4Ro9iCZ67lD-G2zo/s320/Wislawa-Szymborska-007.jpg" width="320" /></a></div>
<br />
"Los sueños vergonzosos son obra de Satanás.<br />
Mi alma es tan cierta como el hueso de una ciruela".<br />
Wislawa Szymborska<br />
<br />
Tristeza. Un mes después, me entero de la muerte de Wislawa Szymborska. Miento. No es tristeza. Es más consternación, desengaño, no sé, algo así. La poeta que trató de redimirnos. Como un tonto, al saber de su muerte me puse a leer de nuevo un libro suyo. Comparto con ustedes la ingenuidad que pudo haberme llevado a esa lectura y transcribo algunos de los poemas incluidos en la antología <i>Paisaje con grano de arena </i>(Lumen, 2005).<br />
<br />
<b>Notas de una expedición no realizada al Himalaya</b><br />
<br />
Así, pues, esto es el Himalaya.<br />
Montañas corriendo hacia la luna.<br />
El instante del despegue detenido<br />
en un cielo rasgado.<br />
Un desierto de nubes lleno de agujeros.<br />
Un golpe en la nada.<br />
El eco: un mudo blanco.<br />
Silencio.<br />
<br />
Yeti, abajo es miércoles,<br />
hay abecedario y pan,<br />
dos y dos son cuatro,<br />
la nieve se funde.<br />
Hay una manzana roja<br />
partida en cuatro.<br />
<br />
Yeti, entre nosotros<br />
no sólo existe el crimen.<br />
Yeti, no todas las palabras<br />
condenan a muerte.<br />
<br />
Heredamos la esperanza,<br />
regalo del olvido.<br />
Verás cómo entre ruinas<br />
parimos niños.<br />
<br />
Yeti, tenemos a Shakespeare.<br />
Yeti, tocamos el violín.<br />
Yeti, al anochecer<br />
prendemos la luz.<br />
<br />
Aquí, ni luna ni tierra,<br />
y se congelan las lágrimas.<br />
¡Oh, Yeti, casi hombre de la luna,<br />
piénsalo y vuelve!<br />
<br />
Así dije, a gritos, al Yeti<br />
entre las cuatro paredes de avalanchas,<br />
y para entrar en calor pateaba<br />
en la nieve,<br />
en la eterna.<br />
<br />
<b>El álbum</b><br />
<br />
Nadie en mi familia murió de amor.<br />
Romances sí hubo, no cosa seria.<br />
¿Tísicos Romeos? ¿Julietas con difteria?<br />
No. Alcanzaron la vejez en flor.<br />
¡Ni uno murió de cartas sin respuesta,<br />
con letra por lágrimas borrosa!<br />
Llegaban vecinos, traje de fiesta,<br />
con anteojos, levita y una rosa.<br />
Nadie se asfixió dentro de un armario<br />
por huir de maridos de sus amantes.<br />
Faralaes, mantillas ni volantes<br />
echaron a nadie de la foto por falsario.<br />
¡Cuán lejos sus almas del infierno del Bosco!<br />
Sus pistolas no defendían amores furtivos.<br />
(Morían a balazos, mas por otros motivos,<br />
en el frente, en un catre bien tosco).<br />
Ni la bella, la del moño vistoso,<br />
con ojeras como de bacanal,<br />
partió a vela en pos de un joven fogoso<br />
por el mar de su hemorragia cerebral.<br />
Antes del daguerrotipo quizás hubo amor de veras,<br />
pero no en las fotos de mi familia.<br />
Los días tenían tempo de vigilia<br />
y ellos morían de gripe o de paperas.<br />
<br />
Fotografía: <a href="http://www.guardian.co.uk/">http://www.guardian.co.uk/</a>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1531055063319037561.post-21346070749750925902012-03-02T17:56:00.002-06:002012-03-02T17:56:08.718-06:00Intro de la música<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjhWx3RwlpJ5w8oLTvV3FEIXhPoXexovvr4Mlhf23lsCpM8Un0LMbrEtxoqAWnIA5ZgYq-sZF9cK2URDDez_VOShZfkQWPCADRkmtYVq3EPeFuJgkk8U_o8Apct8rl8fYdjcwIpD7eS3xw/s1600/Los+mendigos-Brueghel+el+viejo.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="273" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjhWx3RwlpJ5w8oLTvV3FEIXhPoXexovvr4Mlhf23lsCpM8Un0LMbrEtxoqAWnIA5ZgYq-sZF9cK2URDDez_VOShZfkQWPCADRkmtYVq3EPeFuJgkk8U_o8Apct8rl8fYdjcwIpD7eS3xw/s320/Los+mendigos-Brueghel+el+viejo.JPG" width="320" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<i>La ciudad llorará por ti, nunca pudo sobrevivir
sin tu rostro, y yo escribiré, por fin, el largo poema sin dedicatoria que
prometí hacer el día que tu cuerpo pobló las calles que hoy se marchitan. Todos
caminarán hacia un lugar imposible y no sospecharán que la música que guía sus
pasos es la misma que el olvido les escupe desde la piel del abismo. Sobre
nuestras frentes se dibujarán todas las posibilidades felices con que dios nunca
coronó nuestras súplicas. Y el infierno y el cielo y Dante mismo llorarán por
ti y yo saldré descalzo a preguntar tu nombre a las avenidas del centro.
Responderá el eco de los poemas tontos que te escribí. Responderá el filo
ensangrentado con que corté el cuello de mi cordura. Responderán los ojos rojos
de un niño que clava una flecha envenenada en el corazón de su padre.
Responderá el rostro y el vestido y el precio de un maniquí que me recuerda tu
ausencia desde un anaquel con demasiado pasado. Y yo estaré solo sobre una
ciudad sin lágrimas ni silencio. Con la absurda valentía de quien se lo ha
perdido casi todo pero que aún no se va y decide descubrir cuál es el fondo del
inútil abismo. Yo estaré arrepintiéndome de saltar, al último momento.
Masturbándome en los baños públicos con lágrimas austeras en el rostro.
Deseando la caída de los ángeles y la muerte de los mendigos. Sin arriesgarme
demasiado. Sin perder la ruta correcta hacia la tumba.</i></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
1.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
</div>
<div class="MsoNoSpacing">
Abrir esa ventana<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNoSpacing">
Para que en la
calle se escuche esta música<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNoSpacing">
Y la gente,
confundida, tire piedras contra la noche<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNoSpacing">
Y se confunda la
noche y la tinta con que escribo<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNoSpacing">
Y derramen ambas lucidez
sobre mi sangre.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNoSpacing">
Entonces el caos
necesitará de un dios<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNoSpacing">
Pero dentro de mí
sólo podré encontrar la oscuridad<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNoSpacing">
Caerán los cuerpos
junto con las piedras<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNoSpacing">
Y se apagarán todas
las velas de fuego humano.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNoSpacing">
Cuando todo acabe<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNoSpacing">
habrá silencio y el
loco pensará<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNoSpacing" style="text-indent: 33.6pt;">
“La ira de Dios ha terminado”<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNoSpacing">
Un rumor maligno se
cernirá sobre las cabezas<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNoSpacing">
Y dibujará signos malditos
con la ceniza humana.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNoSpacing">
Las calles serán un
pentagrama.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNoSpacing">
El loco no sabe la
diferencia entre la música<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNoSpacing">
Y la sangre de las
notas sobre el concreto.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNoSpacing">
La música será lo
único cierto: <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNoSpacing">
La tragedia del
principio y del final.<o:p></o:p></div>
<br />
<div class="MsoNormal">
<i><br /></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i>Imagen: Los mendigos, </i>Pieter Brueghel.</div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1531055063319037561.post-31239348278103118602012-01-25T10:14:00.000-06:002012-02-25T02:45:00.956-06:00Extrañando a Kissinger, Etgar Keret<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj7TI2RNHaIa6aiiLVb5lGdqi6tFMVataBb1BoJrvHi-nWc8vXlCT0O9uA07-mUWQOxijDAmEgegy7jPkaAOrVTXw2sKsWB5FcxgkKpPjhP3Yy5qkUxnA4YGPsm1uoNkVSJyaB9-N90Q84/s1600/extra%25C3%25B1ando+a+kissinger.JPG" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj7TI2RNHaIa6aiiLVb5lGdqi6tFMVataBb1BoJrvHi-nWc8vXlCT0O9uA07-mUWQOxijDAmEgegy7jPkaAOrVTXw2sKsWB5FcxgkKpPjhP3Yy5qkUxnA4YGPsm1uoNkVSJyaB9-N90Q84/s320/extra%25C3%25B1ando+a+kissinger.JPG" width="240" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
Bolaño ya había escrito y conversado sobre lo absurdo de la
esperanza de perdurar cuando se habla de literatura. Las intenciones de hacerlo
deben morir, junto con otras regiones del ego, cuando se pretende ser escritor.
Esta muerte del amor propio, o digámoslo mejor: del amor por la obra propia, es
el primer momento de la génesis poética para Bloom, quien decía que si la
tradición literaria universal representa un paraíso, el poeta debe de caer del
cielo y descender hacia el infierno. Pero sobre todo, debe darse cuenta de que
está en el infierno, y tratar de superar a Satanás. </div>
<div class="MsoNormal">
Pensé todo eso a raíz de que en la contratapa de <i>Extrañando a Kissinger</i>, el comentarista
afirma que “Etgar Keret promete ser uno de esos escritores entrañables que
perdurarán a lo largo de los tiempos”. Hacer una afirmación de este tipo es
jugar con fuego, pero no jugar con carteritas de fósforos o juegos artificiales,
sino jugar con lanzallamas con el piso cubierto de gasolina. Lo que más escalofríos
da es eso de ‘a lo largo de los tiempos’. </div>
<div class="MsoNormal">
A pesar de este comentario, el texto, que es el primero que
leo de Keret, es admirable. La construcción de sus relatos no deja espacio para
la meditación sobre su trama. Las acciones se construyen en el cerebro del
lector sin ninguna reflexión, y son contundentes. No dejan espacio para pensar
sino cuando el relato ha terminado. Su primer afán es sorprender, confundir,
poner a pensar. Y lo logra de forma magistral. Luego, de esa masa caótica que
espera ser comprendida en la memoria inmediata, comienzan a salir imágenes violentas y
aterradoras.</div>
<div class="MsoNormal">
Keret pone a la luz, de frente, sin ninguna barrera, las
confrontaciones morales. Confrontaciones de las que sin importar quién gane,
siempre pierde la dignidad. Cuya desvalorización es una constante en el
transcurso de la historia reciente. </div>
<div class="MsoNormal">
La reducción del relato no es un asunto nuevo. De hecho,
podríamos pensar en autores como Kafka (que definitivamente perdurará, ya lo
hizo) o Svevo (que no lo hará, ya ha sido olvidado). Con el testimonio que se
reúne en <i>Extrañando a </i>Kissinger (título
que hace pensar en Beckett), considero que Keret es un maestro del género en la
actualidad. En relatos de una página o dos, el autor es capaz de confrontar
tramas y hacerlas converger en un tema determinado. Sus personajes actúan
guiados por una conciencia interna compleja, que sólo podemos intuir en base a
la información que el narrador accede a darnos. En <i>Extrañando a Kissinger </i>aparece un ángel impostor que muere al caer
empujado desde un quinto piso y es incapaz de volar. Aparece un limpiaombligos.
Un mago que sin saber cómo explicárselo, saca de su sombrero un conejo
decapitado y el cadáver de un bebé. Dos niños que buscan bajo tierra huevos de
dinosaurio, para empollarlos y tener su dinosaurio personal para ir al colegio.
Una novia que le pide a su amante el corazón de su madre como prueba de amor.</div>
<div class="MsoNormal">
Algunos relatos están construidos con los recuerdos de una
infancia demasiado lúcida, pero inocente. Algunos otros están construidos sobre
temas muy actuales, como el conflicto árabe-israelí, pero desde la perspectiva
más confusa de la conciencia. Y algunos son verdaderas obras maestras, como <i>Buenas intenciones</i> y <i>Mi hermano está deprimido</i>. El primero se
adentra en las reflexiones de un asesino a sueldo, a quien se le pide matar a
un premio Nobel de la paz que lo había salvado del infierno, cuando era niño.
El otro trata sobre un conflicto personal narrado en primera persona, por el
hermano de un estudiante frustrado.</div>
<div class="MsoNormal">
Etgar Keret, nacido en Tel Aviv en 1967, ofrece, con <i>Extrañando a Kissinger</i>, una obra maestra
del relato corto contemporáneo. Definitivamente no sé si perdurará o no. El
placer de la literatura es fugaz, como los relatos de Keret, y él lo sabe. Sabe
que ha caído del cielo y por eso la calidad de sus textos refleja el esfuerzo
asiduo de la escritura.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<a href="http://www.etgarkeret.com/">Keret, Etgar</a> (2006). Extrañando a Kissinger. Editorial sexto piso, México DF. Trad. de Ana María Bejarano.<br />
<br /></div>Unknownnoreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-1531055063319037561.post-49545438992679861592012-01-17T23:09:00.000-06:002012-01-18T14:19:11.972-06:00dos poemas<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhRa3Meo9Gh6SDcDQuxGtDh6FLvRPLeuZvMw_jV204G7a1QONV9bY6FjuUNhCFRFj3975TrzTStqhC5oPHhmKKN_2c1tBAqI33a8UVoCh2PngJx2PqkpA7N0c98KSVmeXy2tIgemeulgKo/s1600/La+piedra+de+la+locura.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhRa3Meo9Gh6SDcDQuxGtDh6FLvRPLeuZvMw_jV204G7a1QONV9bY6FjuUNhCFRFj3975TrzTStqhC5oPHhmKKN_2c1tBAqI33a8UVoCh2PngJx2PqkpA7N0c98KSVmeXy2tIgemeulgKo/s320/La+piedra+de+la+locura.jpg" width="316" /></a></div>
<div class="MsoNoSpacing">
1.</div>
<div class="MsoNoSpacing">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNoSpacing">
<br /></div>
<div class="MsoNoSpacing">
Quisiera poder
atravesar el pecho con las uñas y sacar de mí esta enfermedad.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNoSpacing">
Arrojarla como una
masa desastrosa sobre la página blanca.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNoSpacing">
Y decir: “Esto es
todo lo que tengo por ofrecer”<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNoSpacing">
“Esta página con la
calamidad caótica de mi espíritu”.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNoSpacing">
<br /></div>
<div class="MsoNoSpacing">
2.</div>
<div class="MsoNoSpacing">
<br /></div>
<div class="MsoNoSpacing">
Espero la “poética
resurrección de las cenizas”<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNoSpacing">
Y los labios de
ella.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNoSpacing">
Esta tarde sólo
existe la música.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNoSpacing">
Imagen:</div>
<div class="MsoNoSpacing">
<br /></div>
<div class="MsoNoSpacing">
Hieronymus Bosch (El Bosco). La extracción de la piedra de locura. Siglo XV.</div>
<div class="MsoNoSpacing" style="text-align: left;">
<span style="color: #660000; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: x-small;"><br /></span></div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1531055063319037561.post-10875044918536092112012-01-09T19:51:00.000-06:002012-01-18T14:20:13.851-06:00Último viernes, Elena Salamanca<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhn2xWAUIDYlCgidYTIpeBiltQvCRM2FrOA1mxCTsQdG2zr_Xo_OTnMCsMChm59WBCqYPy2u2CBXETw4HhlfYxMDfZalRU11N422d3M8l_9xBDUXtm_ODt_PqeXfqYJ8vr27FDE-F6yUDI/s1600/%25C3%25BAltimo+viernes.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhn2xWAUIDYlCgidYTIpeBiltQvCRM2FrOA1mxCTsQdG2zr_Xo_OTnMCsMChm59WBCqYPy2u2CBXETw4HhlfYxMDfZalRU11N422d3M8l_9xBDUXtm_ODt_PqeXfqYJ8vr27FDE-F6yUDI/s320/%25C3%25BAltimo+viernes.jpg" width="238" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
Los relatos reunidos en <i>Último
viernes</i> de Elena Salamanca están construidos sobre un hecho real. Un momento
con una terrible carga de realidad dentro un contexto que parece más bien
surrealista. El resultado es la misma distorsión a la que apostaban los
pintores expresionistas. Los tres primeros relatos, agrupados en la sección ‘Última época’ son eso:
cuadros surrealistas que intensifican un detalle. El fragmento de una realidad visto con lupa. Un acontecimiento crucial, capaz
de cambiar una vida. </div>
<div class="MsoNormal">
Los tres primeros relatos son también los mejor logrados
técnicamente. Las digresiones narrativas y de puntos de vista agilizan el
desarrollo de los acontecimientos. Hacen que los hechos sean conocidos dentro
de un plano cerebral oscuro, intuitivo. En ellos, la distancia es crucial. La
distancia que establecen los personajes respecto al mundo como un hecho
trivial. Ajeno a sus conciencias. </div>
<div class="MsoNormal">
El relato que titula el libro narra la situación de una
mujer que vive en una pobreza extrema. Tan extrema que ha perdido su capacidad reproducirse.
Es estéril, como la tierra del pueblo en el que vive. Su esposo la ha
abandonado por emigrar hacia la capital. Uno logra observar a la muerte, tanto
de la narradora como de la tierra sobre la que vende refrescos, mientras la
visita un hombre en un carro negro y enorme que llega a presenciar la procesión
del Santo Entierro. Ese ritual que celebra la muerte siempre los últimos
viernes del mundo. </div>
<div class="MsoNormal">
El segundo relato, <i>Certezas
de él</i>, presenta a una mujer que peregrina por la insistencia de su pareja de un médico a otro. Tras una interminable serie de exámenes clínicos que no logran concluir nada, ella insistía en lo que tenía era un hombre. Una enfermedad que sólo fue capaz de curar ella misma en el plano idealizado del relato. </div>
<div class="MsoNormal">
Es agradable encontrar un buen libro de relatos por mero azar. Más si se trata de un libro de relatos como Último viernes: escrito con toda la fuerza y la energía de una juventud inconforme. Un libro escrito con esfuerzo y tiempo. </div>
<div class="MsoNormal">
Salamanca, Elena (2008).<i> Último viernes</i>. Concultura, San Salvador.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>Unknownnoreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-1531055063319037561.post-59250202247279108692011-12-21T23:14:00.000-06:002012-01-18T14:20:59.767-06:00Música rara, XVII<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj_eTH8OqlChUWgmLLLDL0R39WAATDpHbeIPt2lmue7U6UujjNQrLCSMuAgAHXqhS3UPJSf3VjiUQiLpbSMvpUk_PsU9woYFbjwNpEcQuoYF1tdbdJFZLGsB6mOb9bgQh_ylNDCjdL0DEw/s1600/leopoldo_maria_panero.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj_eTH8OqlChUWgmLLLDL0R39WAATDpHbeIPt2lmue7U6UujjNQrLCSMuAgAHXqhS3UPJSf3VjiUQiLpbSMvpUk_PsU9woYFbjwNpEcQuoYF1tdbdJFZLGsB6mOb9bgQh_ylNDCjdL0DEw/s1600/leopoldo_maria_panero.jpg" /></a></div>
<div class="MsoNoSpacing">
Recuerdo o imagino
a Leopoldo María Panero sentado sobre la lluvia<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNoSpacing">
O sobre un corcel
de plata. Seguramente en un sueño.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNoSpacing">
Disparando contra la
cordura y los milagros.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNoSpacing">
Esa vez, Panero me
pregunta si sé qué es la verdad. Le<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNoSpacing">
Respondo que las
únicas verdades que existen<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNoSpacing">
Son la certeza del
pensamiento y la muerte. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNoSpacing">
Te daré una lección
sobre la verdad, me dice. Y atravesamos <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNoSpacing">
Un espacio plano
con un poco de llano crecido sobre el manto del suelo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNoSpacing">
En el fondo no
pienso en ninguna cosa.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNoSpacing">
Sólo veo las patas
del caballo machucar la yerba <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNoSpacing">
Y atravesar como
una bala el campo ancho y grande.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNoSpacing">
Luego entramos a
una casa con un jardín lleno de esculturas.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNoSpacing">
En el centro hay un
tigre precolombino.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNoSpacing">
Es enorme. Nos bajamos del caballo justo enfrente de él<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNoSpacing">
Y Panero saca un
revólver de su saco. Luego apunta contra el tigre<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNoSpacing">
Y comienza a
disparar como un verdadero poeta.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNoSpacing">
Como un poeta que
no es ni español, ni francés ni norteamericano.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNoSpacing">
Un poeta
simplemente, nacido entre las convulsiones de un mundo<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNoSpacing">
Que sufre un paro
cardiaco. Los disparos se estrellan en la roca<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNoSpacing">
Y hacen agujeros
enormes. Como si fueran pequeños misiles de artillería.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNoSpacing">
Entramos a la casa
que en realidad es una cueva con una mesa<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNoSpacing">
En medio de la
sala. Sin espacio para sentarse.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNoSpacing">
Tengo miedo de
hablar, él se sirve un vaso de Coca cola.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNoSpacing">
“Debo irme ahora”,
logro decirle. Él no responde<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNoSpacing">
Yo salgo corriendo.
Cruzo la puerta que da al jardín confuso <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNoSpacing">
Donde ya no existe ningún
tigre. En su lugar hay un bulto de ripio<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNoSpacing">
y de piedras hechas
pedazos. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNoSpacing">
(Tampoco tú existes
en el jardín).<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNoSpacing">
Me arrodillo a
buscar entre los escombros<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNoSpacing">
y descubro mi rostro entre las piedras.</div>
<div class="MsoNoSpacing">
<br /></div>
<div class="MsoNoSpacing">
Imagen: Leopoldo María Panero</div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1531055063319037561.post-70700115340245937782011-12-08T21:23:00.001-06:002012-01-18T14:21:26.577-06:00Radiografías (René Morales Hernández, 2010)<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhZbd8-s9OAQCJKhXmzEBHIO4vN5cuC7k-U1iC7RCmedGeP2RhcYH99s7sBvYoRmRtOBIMgAvnXbNnVIOaSDzlYprc8-mCj7amy0G10X6KvibnnKPQ559AFEoN6xRlQUz5rMTuOVBFbFII/s1600/radiograf%25C3%25ADas.JPG" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhZbd8-s9OAQCJKhXmzEBHIO4vN5cuC7k-U1iC7RCmedGeP2RhcYH99s7sBvYoRmRtOBIMgAvnXbNnVIOaSDzlYprc8-mCj7amy0G10X6KvibnnKPQ559AFEoN6xRlQUz5rMTuOVBFbFII/s320/radiograf%25C3%25ADas.JPG" width="203" /></a></div>
La vocación de quedarse contra la
de irse. La vocación de estar cerca y sentirse otro. De temer al extraño que
existe cuando se está solo: la conciencia del otro. Ese que no conocemos. El
que tenemos la oportunidad de crear en los sitios donde nadie nos conoce. Cuando
la geografía más cercana desaparece y sólo queda el fondo: lo que no se puede
ver sino a través de una lectura en rayos X de la presencia. El afán por la
permanencia de un personaje que no pertenece a ningún sitio. El influjo de un
espacio gris que respira la miseria de los días solitarios en lugares
desconocidos. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i>Radiografías</i> de René Morales Hernández es el retrato de un viajero
fragmentado en los sitios. Un libro de terror e insomnio: está plagado de bestias
sibilantes o una sola. Un solo animal endémico que desfallece en su ira, en su
impotencia, en su angustia. En la derrota de la furia a manos de la ciudad que
no duerme. Es el retrato del lado
doloroso y oscuro de lugares tan difusos como el imaginario mismo. La debacle
del mundo a través de la contemplación de las horas amargas de las madrugadas
de ciudades sin fe. La respiración jadeante de las calles cuando el habitante
de la noche comienza a arrepentirse de sus debilidades.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Hay la cordura de un grito
desesperado. La plegaria de un alma que cae hacia el vacío mientras se da
cuenta de que nadie la escucha. El poeta camina por las estaciones del metro,
espera en las paradas de bus, en los parques, los aeropuertos, las barriadas
marginales. Siempre con valor. Sin esperanza. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
René Morales Hernández (2010). Radiografías. catafixia editorial. colección la<b>tina</b>.<br />
Imagen: <a href="http://www.revistalunapark.com/">Revista Luna Park</a></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1531055063319037561.post-90230670919039500792011-11-12T22:28:00.001-06:002012-01-18T14:21:47.781-06:00¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjkOzVsJyMht3wptTbM_f0vrRz_CIWwVPpIYl3Q_aGE_Ob_0T9BAlnphSC9VthUr2q-MGhIJzuVITytv19b3UoqgXi3ag8rRCHrdDCgG45bkLMAxdYm5lJs7bD-hjbgM7is4mOTwG8D9c8/s1600/dick.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjkOzVsJyMht3wptTbM_f0vrRz_CIWwVPpIYl3Q_aGE_Ob_0T9BAlnphSC9VthUr2q-MGhIJzuVITytv19b3UoqgXi3ag8rRCHrdDCgG45bkLMAxdYm5lJs7bD-hjbgM7is4mOTwG8D9c8/s320/dick.jpg" width="193" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span lang="ES">Sueñan los androides con ovejas eléctricas</span></i><span lang="ES"> es una novela terriblemente triste. Es la visión caótica de la degradación humana:
luego de haber enfrentado una Guerra Mundial Terminal, la gente juega a
sobrevivir en lo que queda de un planeta destruido. La certeza de la extinción
de la especie se vuelve una forma cotidiana de vida. Una vida como un arácnido
con la mitad de sus patas amputadas, que suplica a los androides la oportunidad
de vivir.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES"> Quienes se quedaron en la tierra y no
emigraron a Marte construyen su cotidianidad dentro una farsa: su ciudad, su
trabajo, su religión: su existencia. En esa realidad, el androide es la
consciencia del otro: el más pragmático de los sustitutos de lo humano. Al
igual que el maniquí y el espantapájaros, el androide tiene esa inquietante
actitud de inconsciencia condenatoria. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">En este contexto,
Rick Deckart es un cazador de bonificaciones: un policía que se dedica a matar
androides “ilegales” en su distrito, para cobrar una recompensa.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">Desde la
interrogante del título, la obra supone la asimilación del otro. El cuestionamiento
surge como un discurso apologético que justifica la existencia del ser humano
con su capacidad de soñar. Pero, ¿sueñan también ellos? Uno de los capítulos
que mejor representa esta pregunta es la escena en la que Rick Deckart tiene
relaciones sexuales con Rachael Rosen: la androide que finalmente mata a la
cabra nubia de Rick. Símbolo de la carcajada con la que lo artificial celebra
su victoria sobre lo humano. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">La posesión de
animales en el futuro de Dick es un indicador del nivel socioeconómico de las
personas. El anhela de alimentar a un perro real, a una vaca, a un insecto.
Además de ostentar un indicador de clase, esa es la forma en la que los humanos
manifiestan su entonces patético aprecio a la vida.<o:p></o:p></span></div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1531055063319037561.post-55459287294593068972011-08-27T19:56:00.000-06:002011-09-03T18:58:35.111-06:00Los demonios de Urbina (piezas sueltas)<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhutiz3kySrouMvHDaqL0TVOXyCqxyTuaoNLvRcptbGWzNMVWe51YPAdUInmWt6GqKgMVWcEFGmxYzaKP7BBIF3rsv_s8NPCHkx5Xf23djNKfXcdBRBt3H9aDf2qHZUsX1UUXcZJ7ojMo4/s1600/The+Flatiron%252Cby+Edward+Steichen%252C1904.jpg" onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 247px; height: 320px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhutiz3kySrouMvHDaqL0TVOXyCqxyTuaoNLvRcptbGWzNMVWe51YPAdUInmWt6GqKgMVWcEFGmxYzaKP7BBIF3rsv_s8NPCHkx5Xf23djNKfXcdBRBt3H9aDf2qHZUsX1UUXcZJ7ojMo4/s320/The+Flatiron%252Cby+Edward+Steichen%252C1904.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5645723421634182866" /></a><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 10pt; line-height: 115%; "><span class="Apple-style-span" style="font-family: 'trebuchet ms'; font-size: small; ">3.</span></p> <p class="MsoNoSpacing"><span class="Apple-style-span">Aquí están los locos, quemándose <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNoSpacing"><span class="Apple-style-span">sin que sus gritos se escuchen como la voz<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNoSpacing"><span class="Apple-style-span">que clamó en el desierto de los locos.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNoSpacing"><span class="Apple-style-span">Aquí están los locos diciendo lo que ellos<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNoSpacing"><span class="Apple-style-span">no escucharon. Aquí el calendario<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNoSpacing"><span class="Apple-style-span">con números rojos señalando la fecha<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNoSpacing"><span class="Apple-style-span">en que descenderá Dios <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNoSpacing"><span class="Apple-style-span">para martillar los clavos de las cruces<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNoSpacing"><span class="Apple-style-span">que lloverán sobre los últimos días.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNoSpacing"><span class="Apple-style-span">Aquí estamos sólo gritando por el <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNoSpacing"><span class="Apple-style-span">fuego de la demencia que nos une. Baja, Dios:<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNoSpacing"><span class="Apple-style-span"><span class="Apple-style-span">el infierno está vacío.</span><span style="font-size: x-small; "><o:p></o:p></span></span></p><p></p><p class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span">9. <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><o:p><span class="Apple-style-span"> </span></o:p></p> <p class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span">Los elefantes despejan el camino que conduce al acantilado.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span">Los sigue con los ojos vendados. La canción se pierde entre el estrépito y el miedo.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span">Recuerda que ninguna palabra es suficiente para interrumpir el camino de las hormigas<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span">que devoran al incauto que envejeció sin salirse del pasto caníbal.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><o:p><span class="Apple-style-span"> </span></o:p></p> <p class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span">Alto, grita y la muerte le duele tanto menos.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span">Entonces recuerda los pasos de ella tras los elefantes del primer hombre marchando hacia el acantilado.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span">Tranquilo. Dios nunca volverá a destruir estas tierras.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span">En cambio, crecerá asfalto.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span">Flores de concreto y mujeres falsas.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span">Hombres plásticos. Jardines llenos de falos enormes de cristal y hormigo.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><i><span class="Apple-style-span">“Edificios de mil ventanas se alzarán resplandecientes”<o:p></o:p></span></i></p> <p class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span">Ese será su infierno.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span">
<br /></span></p><p class="MsoNormal"></p><p class="MsoNormal"><span lang="ES-TRAD"><span class="Apple-style-span">10.<o:p></o:p></span></span></p> <p class="MsoNormal"><span lang="ES-TRAD"><o:p><span class="Apple-style-span"> </span></o:p></span></p> <p class="MsoNoSpacing"><span class="Apple-style-span">No nos hemos arrodillado ante el abismo<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNoSpacing"><span class="Apple-style-span">por temor a Dios. El abismo nos llama<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNoSpacing"><span class="Apple-style-span">porque estamos solos y los caballos <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNoSpacing"><span class="Apple-style-span">atraviesan furiosos un campo plano.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNoSpacing"><span class="Apple-style-span">No. El abismo no es nuestro padre<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNoSpacing"><span class="Apple-style-span">sino nuestro único destino fiel. Nuestra palabra<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNoSpacing"><span class="Apple-style-span">despojada de los murmullos de los hombres.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNoSpacing"><span class="Apple-style-span">El abismo no es nuestro padre <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNoSpacing"><span class="Apple-style-span">sino nuestro único amante.</span><span class="Apple-style-span" style="font-size: 14pt; font-family: georgia; "><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing"><span class="Apple-style-span">Imagen: <i>The Flatiron</i>, Edward Steichen</span></p><p></p>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1531055063319037561.post-46589004081820359732011-08-13T21:29:00.000-06:002011-08-13T21:30:30.996-06:00Un día fuiste otra Magdalena<p class="MsoNormal"><span style="font-family:"Arial","sans-serif";mso-ansi-language: ES-GT">Un día fuiste otra Magdalena. Estuviste entre mis brazos que dormían y te llamé por un nombre que no es tuyo. Te dije Magda y hoy no recuerdo cómo te llamas pero se atraviesa en la vida una mujer y un niño dentro de mí se estremece: ella es Magdalena. Magda viendo la luna. Una vez pensé en eso aunque jamás existió luna ni ángel para celebrar tu silencio entre nosotros. Sólo tu risa existía en este valle coronado por la espuma y la miel que saboreamos de la angustia. Sólo tu risa poblaba el silencio con que yo respondía ante el mundo como un ladrón que roba la paz que no puede pertenecerle. Sólo tu risa de Magdalena en este valle de lágrimas y silencio.<o:p></o:p></span></p>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1531055063319037561.post-35855344291657534702011-07-31T10:11:00.000-06:002011-07-31T10:18:37.210-06:00<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiKwR1ren8GGHCv2lyLa2SzW_e_V1RVOxs7HfQKSGejK7tOs2165dbVuBfTGpZJap5eO1X05sU_ahnAusB9LoO5453ztkch6zHKCv_bGIntAA9SqDbn4inH5ESUUJ-piDU4XXbXnsw9SRY/s1600/EdwardSteichen_thumb%255B2%255D.jpg" onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 320px; height: 257px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiKwR1ren8GGHCv2lyLa2SzW_e_V1RVOxs7HfQKSGejK7tOs2165dbVuBfTGpZJap5eO1X05sU_ahnAusB9LoO5453ztkch6zHKCv_bGIntAA9SqDbn4inH5ESUUJ-piDU4XXbXnsw9SRY/s320/EdwardSteichen_thumb%255B2%255D.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5635551449740751730" /></a>Madre, algún día me esperarás azul sobre los últimos inviernos de esta ciudad maldita, y yo me habré ido. Entonces el sol tendrá más fuerza para quemar los recuerdos felices de la infancia y sus labios, con el ímpetu de un corcel enorme, servirán para borrar otras promesas. <div>Imagen: Edward Steichen</div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1531055063319037561.post-76839561148165874592011-07-03T10:55:00.000-06:002011-07-03T10:59:15.501-06:00Sólo una vez sentí el frío del invierno<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgM-kty2SX_tPg_0R4b4hVWhkDYr1q8GHUJxryrgY_MIn7zYOgVuPy12kW2Za5vh6tMauMXtk2233OaES16Bn9xeFcySOObur-K-9T5eSh2hE8QLBKMt5aHUhz7usIy0Z6EHMzH4E8EjO4/s1600/tormenta%252C+akira.jpg" onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 320px; height: 169px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgM-kty2SX_tPg_0R4b4hVWhkDYr1q8GHUJxryrgY_MIn7zYOgVuPy12kW2Za5vh6tMauMXtk2233OaES16Bn9xeFcySOObur-K-9T5eSh2hE8QLBKMt5aHUhz7usIy0Z6EHMzH4E8EjO4/s320/tormenta%252C+akira.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5625171557772457122" /></a><p class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language:ES-GT">Sólo una vez sentí el frío del invierno sin mácula. Caminaba de regreso a mi infancia y ahí estaba. Con la sonrisa blanca con que saludaba a los viajeros noctámbulos y desamparados. Así era como él se vengaba de la noche desierta. De la distancia recorrida sin paz ni hijos ni mujer y llegaba, primero tenue. Luego como agujas enterrándose en los párpados a recordar el pasado. Como un ejercicio siniestro en el que se juega a perder. Sólo una vez sentí el frío del invierno.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language:ES-GT">Imagen tomada de <i>Los sueños de Akira Kurosawa</i></span></p>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1531055063319037561.post-73046329977781404422011-04-10T20:24:00.000-06:002011-04-10T20:26:14.365-06:00CartasDe mi infancia recuerdo a un viejo jugando cartas<br />con la televisión encendida frente a él. <br />Entonces no comprendía<br />que el viejo era un retrato.<span class="Apple-tab-span" style="white-space:pre"> </span>Una profecía generosa<br />de lo que podría suceder. Mi primer encuentro con el miedo<br />pasó cuando encendí el ordenador y abrí el solitario. Entonces<br />tenía catorce años, y mis miedos eran otros.<br /><br />Tuve miedos fabulosos cuando niño.<br />Imaginaba selvas color sepia con arenas movedizas<br />y buitres negros que devoraban vivos a los hombres.<br />Entonces el viejo era real y la tele ya no existe.<br />Tampoco sé si la casa en la que estaba existe aún.<br />Lo que sé ahora es<br />que la vejez puede ganarle días a la muerte con un póquer de reyesUnknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1531055063319037561.post-70973573429926465622011-04-08T20:43:00.000-06:002011-04-08T20:44:34.768-06:00Texto 2<p class="MsoNormal">Bien, aquí de nuevo. Computador encendido. Mente dispersa. Mil cosas que escribir por obligación. Nada respetable. Atención a las ventanas de facebook, messenger, un cerebro en llamas, sin algo que valga la pena. Las energías están agotadas. Ocho horas son suficientes para matar cualquier cosa creativa. Cualquier feto de idea de veintitrés años. La juventud pasa rápido. Nueve horas. Diez horas. Once horas y media de trabajar en nada. Qué pienso: pienso lo que hace ahora gente conocida. Pienso que debo escribir un ensayo sobre una obra de teatro que únicamente leí. Pienso en que hoy la biblioteca no resulta tan atractiva. Pienso que varias veces ha sucedido lo mismo, por el trabajo y la televisión. Pienso que el cerebro se embrutece, con distracciones cada vez más vergonzosas. Pienso en que lo que más vale la pena en la vida es aquello que la destruye. Pienso en Thomas Mann, no sé por qué. Pienso que, a veces, camino con Hans Castorp hacia el hospital de tuberculosos para ver pasar la vida, inconsciente del tiempo. Del futuro. De lo que se desperdicia sin literatura. De lo que se desperdicia con literatura. Si dejara de pensar sería más fácil. Cioran no atormentaría como una máscara infernal por la ventana, advirtiendo que toda vida es inútil y malvada. También saldría con más chicas, y me dormiría más rápido en las noches. Pero no, el cerebro está en llamas, viendo como se apaga el fuego. Caminando hacia un hospital de tuberculosos de principios de siglo. Resignado camina hacia un patíbulo hecho con madera. Cuatro paredes. Una laptop. Cigarrillos. Una tumba. Una hoja vacía.</p> <p class="MsoNormal"><o:p> </o:p></p>Unknownnoreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-1531055063319037561.post-85841785418309962932011-04-03T22:16:00.000-06:002011-04-04T19:03:31.969-06:00<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjhsbhDctjlaLPBldV2PiEP9HOAAAJW4WjE_zSAck8DYATmZkM7QetPDj-9gJBEAjeFy8fbozvDQmuWHoNmqk5wskURALswFTx40mTDZzyFf4x5954OHJcER2oH9PQ8XVDn19T4U559MgI/s1600/bed%252C+tracey+amin.jpg" onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 300px; height: 300px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjhsbhDctjlaLPBldV2PiEP9HOAAAJW4WjE_zSAck8DYATmZkM7QetPDj-9gJBEAjeFy8fbozvDQmuWHoNmqk5wskURALswFTx40mTDZzyFf4x5954OHJcER2oH9PQ8XVDn19T4U559MgI/s320/bed%252C+tracey+amin.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5591583640208687490" /></a><p class="MsoNormal">1.</p> <p class="MsoNormal">No recuerdo para qué vine. En realidad no sé dónde estoy. Por qué estoy en esta habitación de paredes blancas, sin ningún cuadro colgando sobre las paredes. No recuerdo que alguna vez se haya abierto la única puerta que hay. No sé que hay afuera, aunque seguramente yo entre por ahí. Tuve que haber entrado de alguna manera. Seguramente entré buscando la vida o huyendo de ella. Puede que voluntariamente, o que alguien más me haya forzado a hacerlo. Aquí no hay nada. Sólo hay un arma que está colgando del techo. Cuelga de una cuerda justo al centro de la habitación, pero no puedo alcanzarla. No podría hacerlo incluso si estuviera de pie.</p> <p class="MsoNormal">2.</p> <p class="MsoNormal">Duermo y despierto con el ojo del revólver viéndome, acusándome de algo. </p> <p class="MsoNormal">3.</p> <p class="MsoNormal">Sería hermoso asomar la cabeza por una ventana y presenciar el espectáculo del mundo, pero no hay ventanas. Siempre me gustó la pintura. Eso sí lo recuerdo. Recuerdo que antes de venir aquí me gustaban los cuadros. Incluso recuerdo que tenía instrumentos para pintar. Acuarelas, óleos, pinceles. Pero me cuesta trabajo recordar más. Tal vez si hubiera una ventana aparecería <i style="mso-bidi-font-style:normal">El jardín de las delicias,</i> y yo estaría a punto de entrar en la obra. En el límite de la realidad y el arte. Sólo sé que soy ahora, aunque no estoy seguro de si esto es la realidad. Tengo nociones vagas de ella, pero no es esto. Estoy seguro. Sí, recuerdo ese cuadro, aunque sólo eso. No logro recordar algo más.</p> <p class="MsoNormal">4.</p> <p class="MsoNormal">Es de día. Lo intuyo. No estoy seguro del todo, pero acabo de despertar. Hoy recuerdo un poco más. Tengo impresiones vagas de lo que fue antes. De lo que puede existir fuera de aquí. Recuerdo que escondía un arma en algún sitio. Un revólver como el que ahora me apunta cada vez que abro los ojos. Eso es importante, pues lo escondía de alguien. Existía la posibilidad de que una persona lo encontrara, y yo no lo deseaba. Huía de esa posibilidad con temor. Me pregunto dónde estará ahora. No es el revólver que me apunta ahora.</p> <p class="MsoNormal">5.</p> <p class="MsoNormal">También recuerdo cosas que dije sobre algo. Conforme pasa el tiempo, mi memoria se va haciendo más sólida. Pareciera recobrar objetos perdidos. Recuerdo que un día dije: “no quiero ver el rostro del infierno”, pero no recuerdo por qué. Es una frase arbitraria, casi absurda, pero apareció en alguna conversación y se grabó en mi memoria con especial solidez. Hoy la he descubierto. También recuerdo que una vez aconsejé a alguien. A una mujer. Conozco su rostro, pero no sé de quién se trata. Recuerdo que le dije que tenía que preocuparse más por sí misma. No sé por qué le dije eso, y no tiene importancia. Pero tengo su rostro presente, a pesar de que siempre es difícil recordar rostros. Un rostro siempre es difícil de recordar, no importa lo que digan. Tenía los labios finos, los ojos grandes, arqueaba las cejas cuando hablaba. Reía mucho. Siempre estaba riendo.</p> <p class="MsoNormal">6.</p> <p class="MsoNormal">No lo había notado, pero el revólver ha bajado de su altura inicial. La cuerda no tiene amarras. No me lo explico. Ahora puedo pararme y me faltaría sólo un par de pies para alcanzarlo. No entiendo. ¿Será posible que alguien venga y cambie la cuerda mientras duermo?</p> <p class="MsoNormal">7.</p> <p class="MsoNormal">Esta vez mi sueño no fue tranquilo. Hasta ahora no había soñado con nada. Pero en esta ocasión, mi cerebro ya estaba listo, y se dispuso a soñar. Es curioso: no es posible soñar sin recuerdos. Seguramente los recuerdos que vi en el sueño no son conscientes. Los iré recuperando como hasta hoy he ido recuperando partes de mi memoria. Mi sueño no fue un sueño agradable. Estaba en otro lugar. En otra habitación adonde sí había ventanas. Yo estaba acostado y por la ventana entraron dos personas. No podía ver el rostro de ninguno de los dos. Usaban gabardinas largas y tenían la cara cubierta. Querían asesinarme. Yo no podía moverme, no sé por qué razón. Permanecí acostado y uno de ellos comenzó a levantar el velo que le cubría el rostro. El sueño me hizo recordar la sensación de tranquilidad de despertar y la angustia de morir. Siempre he temido morir. Ahora veo la angustia de la muerte como algo lejano. Como un objeto humano. No sé qué pasa. Comienzo a pensar que algo anda mal.</p> <p class="MsoNormal">8.</p> <p class="MsoNormal">Casi llego a alcanzar el revólver con las manos. No quiero ponerme en pie. Esperaré a que llegue hasta mí.</p><p class="MsoNormal">Imagen: My bed, Tracey Emin</p>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1531055063319037561.post-1756833529414215812011-03-20T08:51:00.000-06:002011-03-20T17:25:04.943-06:00fragmento de La caída turca<p class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language:ES-GT">A Ramón se le ve por las noches recibir clases de Alemán los martes y los jueves, o acostado, escuchando música clásica en un sillón rosa frente a su cama, o sentado en las filas de en medio del teatro de Bellas Artes, mirando a Laura Almenábar.<span style="mso-spacerun:yes"> </span>Raras veces toma. En el sentido estricto de la palabra, podría decirse que no tiene amigos. Por lo demás no puede quejarse. Trabaja como corrector de estilo en un matutino y está a punto de licenciarse en letras. El dinero le alcanza para vivir eventualmente y eventualmente comprar libros. Presta clásicos de la biblioteca de la universidad o los compra usados en librerías del centro. Le gustaría leer más. Vive en una pensión que queda cerca del trabajo. Regresa tarde a ver televisión o a leer. Está solo. Soporta las noches. Los viernes va al teatro, a emocionarse cuando Laura interpreta un papel nuevo. Todas las noches la imagina sin ropa. No imagina su cuerpo, sino su rostro cuando está desnuda. La imagina riendo. La imagina salvándola de algo, de un precipicio, del fuego, de un hombre grande y malo. De varios hombres grandes y malos. De la muerte. Está seguro de conocerla aunque no sepa dónde vive ni qué perfume usa. Está seguro de querer ser escritor. Nunca enferma. Al menos no de nada serio. Conoce a Laura Almenábar a través de Pirandello, de Poncela, de Buero Vallejo. La recuerda sobre todo por <i style="mso-bidi-font-style:normal">La casa de Bernarda Alba</i>. El mejor papel que ha interpretado, a su criterio. <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language:ES-GT">Recibe correos de su padre. Sobre todo cuando necesita dinero. Su padre está más jodido de plata. Eventualmente le responde. Su madre, en cambio, lo llama los domingos con puntualidad menstrual. A él no le molesta. Se siente bien de vivir solo. <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="tab-stops:251.3pt"><span style="mso-ansi-language: ES-GT">Hay momentos en los que piensa que sólo el arte podría salvar al mundo. Piensa en la grasa escurriendo de las hamburguesas de plataforma. En el imperio del <i style="mso-bidi-font-style:normal">fast-food</i> y la moda mientras escucha un tango. Entonces, ese tango le parece hermoso. Todo lo demás le parece absurdo. “Mezcla de rabia, de dolor, de fe de ausencia”. Sabe que la literatura se percibe con dificultad. Que la calidad literaria es un criterio universal mezclado con los prejuicios y con el juicio subjetivo del receptor. Pero hay algo que la diferencia. Existe algo que la hace diferente. <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-left:35.4pt"><i style="mso-bidi-font-style: normal"><span style="mso-ansi-language:ES-GT">¿Dónde estás, Laura Almenábar? El mundo comienza a caer sin que haya historias que contar. Nunca no es una hermosa palabra. Nunca le hablé. Nunca la toqué. Nunca la vi desnuda. Se fue sin que fuera la época en la que acostumbraba irse de vacaciones. Los días nunca habían sido tan grises. La vida es una mala novela. </span><span lang="EN-US">“It is a tale told by an idiot, full of sound and fury, signifying nothing".<span style="mso-spacerun:yes"> </span>Eso es todo. </span></i><i style="mso-bidi-font-style:normal"><span style="mso-ansi-language:ES-GT">La vida es una historia contada por un idiota. Por eso se fue Laura. Los días pasan sin prisa en las letras del periódico que debo leer. Laura Almenábar: una mujer hermosa que se va sin despedirse. Recuerda que tu muerte es más valiosa. Pesa más que ti. Podrán olvidarte, pero si sabes morir, no te olvidarán jamás. Nadie te olvidará con una muerte hermosa. Antes debes dejar cien palabras. No más, ni menos. Sólo debes escribir cien palabras o repetir cien veces una palabra que valga la pena. Nada: nada es una palabra que podría valer. Ahora escribo las líneas que dejaré antes de morir. Me dan ganas de llorar, pero nadie sabrá si lloré o si no. Nadie lloraría al dejar esta triste e inútil guerra. Mejor aún, una muerte respetable dejando las piezas sueltas de un rompecabezas: la colección de las entradas al teatro, ordenadas por fecha. Un diario con un último texto lapidario. Novelas sin terminar. Un blog que nadie leía. Poemas dispersos. Ver a un escritor morir cifrando sus esperanzas en su obra es tan decepcionante y común. No quiero buscarla porque nunca la tuve ni la tendré. Quiero que el mundo me recuerde diciendo, preguntando: ¿dónde estás, Laura Almenábar?<o:p></o:p></span></i></p> <p class="MsoNormal" style="tab-stops:251.3pt"><span style="mso-ansi-language: ES-GT">Eventualmente visitaba gente conocida. Aunque nunca se preocupaban demasiado por él. Era un lector insoportable y eso aturdía a la gente que lo rodeaba. Sobre todo cuando sus interlocutores también eran lectores. <o:p></o:p></span></p>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1531055063319037561.post-13795634131790041532011-02-23T19:55:00.000-06:002011-02-23T20:08:34.503-06:00<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi47xAdr5OiGWaTx9FFfbyjykWI-u_nQX0ZC5tVaoxLUm8gCGvGPwSp2_zrjnG7T4lgDJfJD3aaLX7GXgDt1zJNubfNi2-1LHBDwTT2YyRTiJ8vd2suiQQ6EPOeITB06XWvRS6EBO-eMi8/s1600/68820-large.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 320px; height: 234px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi47xAdr5OiGWaTx9FFfbyjykWI-u_nQX0ZC5tVaoxLUm8gCGvGPwSp2_zrjnG7T4lgDJfJD3aaLX7GXgDt1zJNubfNi2-1LHBDwTT2YyRTiJ8vd2suiQQ6EPOeITB06XWvRS6EBO-eMi8/s320/68820-large.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5577070072847741890" /></a><br /><div>Quiero ser eso que se enreda en tu pelo.</div><div>Es hora de subir al autobús</div><div>que aparece en mis pesadillas más dulces.</div><div>Una vez te imaginé soñar</div><div>y eras feliz. Estabas acostada</div><div>en el borde de un tiempo de asesinos</div><div>y yo llegaba como un fantasma</div><div>para ver tus pies bajo la luz de la ausencia.</div><div><br /></div><div>Mañana lucharás sin revólver ni ejército</div><div>contra bestias fieles. No te vayas siguiendo</div><div>aquellos días inútiles en los que fuiste otra.</div><div>Déjalos como una vela encendida sobre la madrugada.</div><div>Como un incendio feliz en la biblioteca.</div><div><br /></div><div>Imagen: Floris Neusüss.</div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1531055063319037561.post-52107873566091948672011-02-23T19:35:00.001-06:002011-02-23T20:02:00.463-06:00<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjKDilsyIwghHo8uPXuUOSdPgsPCB3Y0CiUCotSRJbyinYXms-bdnFcXtvcejJA7p7DU5-lcv43Uh45oWj5FYOMfdMLLgmiCBTucXbYNk6S-s-OSD7MalITxsk_OZuZkA9zioEB9Cgxago/s1600/michasl6.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 284px; height: 210px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjKDilsyIwghHo8uPXuUOSdPgsPCB3Y0CiUCotSRJbyinYXms-bdnFcXtvcejJA7p7DU5-lcv43Uh45oWj5FYOMfdMLLgmiCBTucXbYNk6S-s-OSD7MalITxsk_OZuZkA9zioEB9Cgxago/s320/michasl6.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5577068571530064050" /></a><div style="text-align: center;">"viviremos de luz involuntaria"</div><div style="text-align: center;">Gil de Biedma</div><div><br /></div><div>1.</div><div>Han olvidado ya estas palabras. </div><div>Nadie pronuncia el nombre</div><div>del poeta asesinado.</div><div><br /></div><div>2.</div><div>La realidad es otra. Lo sé.</div><div>El filo del crimen</div><div>me descubre humano.</div><div><br /></div><div>3. </div><div>Las cenizas del frío</div><div>cubren los pasos del que leía.</div><div>Mañana pasará otro tren.</div><div>Todo será historia.</div><div><br /></div><div>Imagen: Duane Michals</div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1531055063319037561.post-11510863958136727092011-02-11T21:58:00.001-06:002011-02-11T21:58:32.950-06:00<p class="MsoNoSpacing" style="margin-left:106.2pt"><span style="mso-ansi-language: ES-GT"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNoSpacing" align="right" style="margin-left:106.2pt;text-align:right"><span style="mso-ansi-language:ES-GT">“Respirar y dejar de respirar”<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNoSpacing" align="right" style="margin-left:106.2pt;text-align:right"><span style="mso-ansi-language:ES-GT"><span style="mso-tab-count:1"> </span>Jorge Teillier<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNoSpacing" align="right" style="text-align:right"><span style="mso-ansi-language:ES-GT"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNoSpacing"><span style="mso-ansi-language:ES-GT"><o:p> </o:p></span>Uno advierte que la vida se acerca como un avión o como un ave enorme.</p> <p class="MsoNoSpacing"><span style="mso-ansi-language:ES-GT">Y está parado en mitad de la calle como la víctima promedio del tráfico.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNoSpacing"><span style="mso-ansi-language:ES-GT">Uno siente, a veces, tristeza por el desprecio de un desconocido.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNoSpacing"><span style="mso-ansi-language:ES-GT">Sale y la calle es más sola que la casa.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNoSpacing"><span style="mso-ansi-language:ES-GT">Recibe clases de inglés. Paga deudas. Compra cosas.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNoSpacing"><span style="mso-ansi-language:ES-GT">Piensa en la posibilidad de las ventanas<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNoSpacing"><span style="mso-ansi-language:ES-GT">del mundo que se retuerce sonriente tras la puerta.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNoSpacing"><span style="mso-ansi-language:ES-GT">Recibe la lluvia, se embriaga, come carne.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNoSpacing"><span style="mso-ansi-language:ES-GT"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNoSpacing"><span style="mso-ansi-language:ES-GT">Uno respira. Sólo eso. Y deja de respirar cualquier día opaco<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNoSpacing"><span style="mso-ansi-language:ES-GT">o soleado si eso importara.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNoSpacing"><span style="mso-ansi-language:ES-GT">Uno se despide cuando ve a la vida alejarse sobre trenes rápidos<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNoSpacing" style="text-indent:35.4pt"><span style="mso-ansi-language: ES-GT">por la madrugada.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNoSpacing"><span style="mso-ansi-language:ES-GT">Uno no habla: envejece y muere en silencio, como un árbol.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNoSpacing"><span style="mso-ansi-language:ES-GT"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNoSpacing"><span style="mso-ansi-language:ES-GT"><o:p> </o:p></span></p>Unknownnoreply@blogger.com0